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La heroica virtud de la cananea

Redacción (Jueves, 03-01-2019, Gaudium Press) Para escapar de la furia de los fariseos y de la persecución de Herodes Antipas, Jesús va a las tierras paganas de Tiro y Sidonia, en el actual Líbano.

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«¡Señor, socórreme!»

Y «es que una mujer cananea, venida de aquella región, se puso a gritar: ‘¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí: mi hija está cruelmente atormentada por un demonio!’ Pero Jesús no le respondió palabra alguna.

«Entonces sus discípulos se aproximaron y le pidieron: ‘Manda ir a esa mujer, pues ella viene gritando atrás de nosotros.’ Jesús respondió: ‘Yo fui enviado solamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel.’

«Pero la mujer, aproximándose, se postró delante de Jesús, y comenzó a implorar: ‘¡Señor, socórreme!’ Jesús le dijo: ‘No está bien quitar el pan de los hijos para tirarlo a los perritos.’ La mujer insistió: ‘¡Es verdad, Señor; pero los perritos también comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!’

«Delante de eso, Jesús le dijo: ‘¡Mujer, grande es tu fe! ¡Sea hecho como tú quieres!’ Y desde aquel momento su hija quedó curada» (Mt 15, 22-28).

Corazón sincero, recto y lleno de fervor

Nos causa admiración la Fe y la humildad de esa mujer. Los cananeos eran considerados por los judíos como los más impíos entre los paganos. Comenta Monseñor João Clá:

«Hija de padres paganos, rodeada de 280 dioses falsos, cuando sus relacionamientos sociales le imponían una visualización equivocada sobre la Religión, ella rompe con todos y abraza la verdadera Fe.

«Es heroica su virtud, en medio a la corrupción del mundo; su corazón es sincero y recto, exento de maldad y lleno de fervor. ¡Qué gloria para esa mujer y qué lección para los días de hoy! […]

«El mundo actual viene haciendo hace mucho un camino contrario al de la cananea, o sea, cada vez se paganiza más y huye del Salvador.

En el fondo, estamos atravesando la peor crisis de Fe ya ocurrida en la Historia, sumergidos en un laicismo avasallador, verdadera amenaza y desafío para la Iglesia.

«Se comenzó por llevar una vida en oposición a lo que se creía, para de a poco ir aboliendo enteramente la propia creencia religiosa. Ahora, la preciosa virtud de la Fe necesita ser manifestada en los actos comunes y frecuentes de la vida, pues solo ejercitándose ella puede tornarse robusta; caso contrario, tiende a languidecer. […]

Ansia en encontrar a Nuestro Señor

«Otro ejemplo nos da la cananea: con qué ansia se pone en busca del Hijo de David, tan pronto como oye un minúsculo rumor acerca de su presencia allí. Bastante diferente puede ser nuestra fe. ¿No nos cuesta abandonar nuestras comodidades para ir al encuentro de Jesús, sea en una celebración eucarística, sea ante un tabernáculo?

«¿No habremos recibido invitaciones interiores de conversión y dejado pasar esas oportunidades a causa de injustificables y malévolas demoras? Cuántos de nosotros, bien al contrario de la cananea, llegamos hasta la hora de la muerte enteramente esclavizados al demonio, corriendo el riesgo de permanecer la eternidad en el ¡Inferno! […]

«¡Cuántas y cuán buenas virtudes demuestra poseer esta alma ferviente! ¿Si supiéramos rezar con tal confianza y persistencia, no obtendríamos todo lo que pedimos? ¿Cuántas veces dejamos de ser atendidos en nuestras oraciones, por la falta de perseverancia…»

La humildad y la fe se osculan

Al respecto de las palabras de nuestro Señor «No queda bien quitar el pan de los hijos para arrojarlo a los perritos» (Mt 15, 26), explica Fillion:

«Jesús emplea un diminutivo que significa no los animales vulgares, sin dueño, semi-salvajes, que andan errantes por las calles de los pueblos orientales, alimentándose de restos despreciables, sino de los perros domésticos, cuidados en casa y que participan de los juegos de los niños».

Siendo verdaderamente humilde, la cananea no quedó resentida. De hecho-afirma Monseñor Juan Clá-, «la humildad auténtica no se ofende con nada, en contrapartida, el orgullo y la soberbia son causas de las peores cegueras».

Ella, entonces, con todo respeto replicó: «¡Es verdad, Señor, pero los perritos también comen las migajas que caen de la mesa de sus dueños!» (Mt 15, 27).

«En esta declaración, humildad y fe se abrazan y se osculan. Manifestando cuanto es cándida su alma, la cananea acepta con entera cordura las incisivas palabras de Jesús. Ella continúa llamándolo de Señor, mostrando disposiciones de adoración, y argumenta con una lógica impecable en favor de sus necesidades. «

Necesidad de conocer la verdadera y buena doctrina

Volvamos al Evangelio. «Ante esto, Jesús le dijo:» ¡Mujer, grande es tu fe, sea hecho como tú quieres! «Y desde aquel momento su hija quedó curada «(Mt 15, 28). Vemos así cuánto valen la Fe, la perseverancia y la humildad. «Lo que ni los Apóstoles lograron, ella arrancó de Nuestro Señor e incluso aparentemente contra su voluntad. Y, además, el favor obtenido venía acompañado de un bello elogio.

«La cananea no tuvo miedo de ser importuna, ni se desvaneció un solo momento en su ánimo y en su fe. Lo que deseaba, en realidad, era obtener la curación de su hija. Había una entera correspondencia entre su anhelo y su petición.

«Aquí se encuentra una condición esencial de una buena oración: querer de hecho lo que se pide; innumerables veces no logramos alcanzar nuestros objetivos porque no es auténtica nuestra súplica.

«Otra enseñanza que podemos extraer [de ese Evangelio] es la necesidad de instruirnos sobre la verdadera y buena doctrina. La cananea oyó y se informó acerca de los actos y de las predicaciones de Jesús, que le fue fundamental para creer.

«Un gran mal de nuestros días, la ignorancia religiosa, tal vez sea la principal causa de los dramas actuales. […]
«El conocimiento enaltece la Fe, hace robusta la esperanza de los bienes eternos y atrae a la práctica de la caridad, tanto en el amor a Dios, como en el amor al prójimo.»

Que la Santísima Virgen nos conceda una Fe mayor que la de la cananea, pues los males de los presentes días son muchísimo peores que los existentes en el tiempo de ella.

Por Paulo Francisco Martos

(in «Noções de História Sagrada» -176)
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Bibliografía

Cf. MALDONADO, SJ, Juan de. Comentarios a los Cuatro Evangelios. Evangelio de San Mateo. Madrid: BAC, 1956, v. I, p. 563.
CLÁ DIAS, João Scognamiglio. EP. O inédito sobre os Evangelhos. Vaticano: Libreria Editrice Vaticana; São Paulo: Instituto Lumen Sapientiae, 2013, v. II, p. 279.282.284 passim.
FILLION, Louis-Claude. Vida de Nuestro Señor Jesucristo. Vida pública. Madrid: Rialp, 2000, v.II, p.260.
CLÁ DIAS. Op. cit., p. 286.287.

 

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