jueves, 28 de marzo de 2024
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Atribuciones de la Comisión Ecclesia Dei van para la Congregación de la Doctrina de la Fe

Ciudad del Vaticano (Martes, 22-01-2019, Gaudium Press) Desde el sábado 19 de enero, con una Carta Apostólica bajo forma de «Motu proprio», el Papa Francisco suprimió la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, instituida el 2 de julio de 1988 por San Juan Pablo II con la «tarea de colaborar con los Obispos y con los Dicasterios de la Curia Romana, a fin de facilitar la plena comunión eclesial de los sacerdotes, seminaristas, comunidades o de cada religioso o religiosa hasta ahora ligados de diversos modos a la Fraternidad fundada por Mons. Lefebvre, que deseen permanecer unidos al sucesor de Pedro en la Iglesia Católica, conservando las propias tradiciones espirituales y litúrgicas».

Tareas de la Comisión pasan a la Congregación para la Doctrina de la Fe

Con el «Motu Proprio» del Papa Francisco «Las tareas de la Comisión son integralmente atribuidas a la Congregación para la Doctrina de la Fe, dentro de la cual será instituida una Sección especial comprometida en continuar la obra de vigilancia, de promoción y de tutela hasta entonces controlada por la suprimida Pontificia Comisión Ecclesia Dei».

Las Condiciones de hoy son otras

Las condiciones que llevaron al Papa Juan Pablo II a instituir la Pontificia Comisión Ecclesia Dei», cambiaron.

Francisco afirma en su ‘Motu proprio’ «que los Institutos y las Comunidades religiosas que habitualmente celebran en forma extraordinaria, hoy encontraron la propia estabilidad de número y de vida» y toma acto «que las finalidades y las cuestiones tratadas por la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, son de orden prevalentemente doctrinales».

El actual Motu Proprio desea «que tales finalidades se tornen cada vez más evidentes a la consciencia de las comunidades eclesiales».

«Summorum Pontificum» de Benedicto XVI

El Papa Francisco recuerda que por más de 30 años la Comisión Ecclesia Dei «realizó con sincera solicitud y alabable premura» su tarea.

Él recuerda dos documentos de su «Venerable Predecesor Benedicto XVI»:
con el Motu proprio «Summorum Pontificum», del 7 de julio de 2007, la Pontificia Comisión había «ampliado la autoridad de la Santa Sede sobre los Institutos y Comunidades religiosas, que se habían adherido a la forma extraordinaria del Rito Romano y habían asumido las precedentes tradiciones de la vida religiosa, vigilando en la observancia y la aplicación de las disposiciones establecidas».

Con el Motu proprio «Ecclesiae unitatem» del 2 de julio de 2009, Benedicto XVI reorganizó la estructura de la Comisión, «con el objetivo de tornarla más adecuada a la nueva situación creada con la retirada de la excomunión de los cuatro Obispos consagrados sin mandato pontificio».

Además de eso, considerando que después de este acto de gracia, las cuestiones tratadas por la Comisión «fuesen primariamente de naturaleza doctrinal», Benedicto XVI la había ligado «directamente a la Congregación para la Doctrina de la Fe, conservando además las finalidades iniciales, pero modificando su estructura», recuerda el Papa Francisco.

Francisco explica su decisión

Dice Francisco: La decisión de hoy llegó «después de mucha reflexión» y después de algunas medidas: en la reunión del 15 de noviembre de 2017, la Congregación para la Doctrina de la Fe solicitó la conducción directa del diálogo entre la Santa Sede y la Fraternidad Sacerdotal San Pío X «por tratarse de cuestiones de carácter doctrinal», el Papa aprobó este pedido el 24 de noviembre siguiente y esta propuesta fue acogida por la Sesión Plenaria del Dicasterio en enero de este año.

Papa recuerda la historia

Todavía explicando su Motu Proprio, el Papa Francisco recuerda: Volviendo a la creación de la Comisión, podemos recordar algunos pasos de la Carta Apostólica «Ecclesia Dei» de San Juan Pablo II, escrita después de la ilegítima ordenación episcopal conferida el 30 de junio de 1988 por Mons. Marcel Lefebvre, que rechazaba algunas «actualizaciones» decididas por el Concilio Vaticano II. Un acto – afirmaba Papa Woytyla – que ofrece «a todos la ocasión para una profunda reflexión y para un renovado empeño de fidelidad a Cristo y a Su Iglesia».

Francisco además cita a Juan Pablo II: «La raíz de este acto cismático puede localizarse en una incompleta y contradictoria noción de Tradición.

Incompleta, porque no tiene en suficiente consideración el carácter vivo de la Tradición, que – como es claramente enseñado por el Concilio Vaticano II – siendo transmitida por los Apóstoles, progresa en la Iglesia bajo la asistencia del Espíritu Santo: con efecto, progresa la percepción tanto de las cosas como de las palabras transmitidas, crece tanto con la contemplación y estudio de los creyentes, que las meditan en su corazón, cuanto con la íntima inteligencia que experimentan de las cosas espirituales, así como con la predicación de aquellos que, con la sucesión del episcopado, recibieron el carisma de la verdad». (JSG)

 

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