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Buenos Aires (Viernes, 15-03-2019, Gaudium Press) El pasado domingo, 2000 personas que participan de la Familia Grande Hogar de Cristo (FGHC), peregrinaron desde la Villa Marista hasta la Basílica de Nuestra Señora de Luján, donde Mons. Jorge García Cuerva, obispo de Río Gallegos, celebró la eucaristía.
El prelado previno a los feligreses contra varias tentaciones que pueden venir en la lucha contra la drogadicción.
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| Basílica de Ntra. Señora de Luján |
«Todos somos amados, salvados y perdonados por Jesús», y por ello no debemos estar viendo la paja en el ojo ajeno. Destacó el obispo: «Si reconozco que Jesús me rescató y me perdonó con mis muchos pecados, ¿quién soy yo para andar con el dedito acusador?»
Una persona que lucha contra la droga, no tiene derecho a sentirse derrotado. Tampoco quienes atienden a los drogodependientes: «Nosotros creemos en la victoria de Jesús en la cruz. Mas allá de las dificultades no debemos bajar los brazos. La droga no tiene más poder que Jesús».
Previne también Mons. García Cuerva contra el aislarse: En ese momento, «son carne de cañón para la droga y para el demonio». «Por eso nosotros somos una gran familia, porque sabemos que no podemos solos y que juntos es más fácil».
El prelado destacó el 11º aniversario de la Familia Grande Hogar de Cristo: «Al cumplir 11 años, le seguimos diciendo a la Virgen: ¡te necesitamos! Le seguimos diciendo a Dios que no podemos solos, que queremos seguir adelante como hermanos y como familia grande».
Finalmente el prelado agradeció a la madre de Luján quien «con su mirada sabe lo que nos pasa». «Hoy le venimos a dar gracias
por estos 11 años y por toda la gente que labura y se desgasta día a día
por el bien de cada uno de los pibes en nuestros barrios y ciudades.
Por los que creen que el poder de la droga no es más que el poder de
Dios y de la Virgen».
Con información de Aica
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