viernes, 29 de marzo de 2024
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La Iglesia es por naturaleza misionera, afirma el presidente de las Pontificias Obras Misioneras

Ciudad del Vaticano (Martes, 09-04-2019, Gaudium Press) «Como la Iglesia es por naturaleza misionera, del mismo modo la misión es eclesial por naturaleza» fue una de las afirmaciones del presidente de las Pontificias Obras Misioneras (POM), que además reiteró que la misión «para nosotros los cristianos bautizados se trata de testimoniar a Jesús dejando que su presencia se muestre a través de nosotros, a fin de que su rostro sea revelado y accesible a todos los hombres y mujeres».

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Estas afirmaciones de Mons. Giampietro Dal Toso fueron hechas ante de treinta y tres miembros de las direcciones nacionales de las Pontificias Obras Misioneras (POM) provenientes de 17 naciones francófonas de África, América y Europa que participaron, en Roma, en el Centro Internacional de Animación Misionera (CIAM), del Curso de formación en vista del Mes Misionero Extraordinario de octubre próximo.

El Curso organizado por loss Secretariados internacionales de las POM y del CIAM, fue realizado entre los días 1º y 6 de abril, habiendo sido inaugurado por el presidente de las Pontificias Obras Misioneras, Mons. Dal Toso, que realizó una amplia explicación teológica sobre el tema «La misión de la Iglesia y de las POM».

«Misión», mandato misionero hoy

El arzobispo Dal Toso propuso dos interrogaciones en el inicio de su pronunciamiento:

¿»Por qué la Iglesia es misionera? ¿Qué significa, hoy, misión?».

Para el prelado, el mandato misionero viene de Jesús mismo, al término de su existencia terrena:

«Por lo tanto, continúa siendo una prioridad absoluta para todos los bautizados, una vez que hacen parte de la Iglesia. La misión de evangelización que la Iglesia recibió de Cristo es llamada a tomar forma en el tiempo y en el espacio, en un lugar concreto, para alcanzar poblaciones concretas, seres humanos visibles y palpables», dijo.

POM al servicio de la misión

«Ese es el corazón de nuestra misión en cuanto POM», subrayó Mons. Dal Toso, que en seguida se detuvo en la descripción de los «servicios» de las POM.

Resumiendo, el dijo que las cuatro POM constituyen «una red mundial al servicio del Santo Padre para apoyar la misión y las Iglesias a través de la oración y de la caridad».

Él recordó que en un vídeo reciente «el Papa mismo afirma que las POM son importantes, pero no muy conocidas».

«Esto es también mi experiencia personal», comentó el arzobispo.

5 campos de las Pontificias Obras Misioneras

Mons. Dal Toso recordó los fines específicos para los cuales las POM fueron instituidas, sus fundadores, las referencias del magisterio misionero, ilustrando su estructura y carisma.

El presidente de las POM evidenció cinco campos de sus actividades a nivel nacional: mantener el espíritu misionero vivo a través de la animación y la formación misionera; alentar la oración; cultivar la formación misionera; favorecer la colecta, en particular, para el Día Mundial de las Misiones; y colaborar con la Agencia Fides, órgano de información de las POM.

«Dos realidades distintas, pero no separadas»

En su pronunciamiento, el arzobispo se detuvo sobre algunos principios teológicos que fundamentan el trabajo misionero.

Partiendo de la «Iglesia como sacramento» y de las varias imágenes ofrecidas por la Constitución conciliar Lumen Gentium, el prelado pasó a la relación entre Iglesia local e Iglesia universal, unidas por el mandato misionero: «dos realidades distintas, pero no separadas», como las POM, que a su vez son universales y locales.

En el tercer horizonte teológico trató de la relación entre fe y misión ad gentes.

Por fin, la unión entre el bautismo y el envío, que es el tema del Mes Misionero Extraordinario del próximo octubre.

Bautizados y enviados

«El Santo Padre escogió este tema que comprende los elementos esenciales a ser llevados en consideración en el planeamiento y realización de esta iniciativa. Bautizados y enviados: en el bautismo recibimos la vida divina, gracias a lo cual somos profetas, o sea, anunciadores del misterio de Cristo, enviados por Él», dijo Mons. Dal Toso.

El Cristo que nos envía es también el contenido esencial de la misión: la Iglesia no transmite un mensaje propio, sino que transmite aquello que recibió de Cristo, esto es, su propia persona», añadió.

Testigos de Cristo para el mundo

Concluyendo su pronunciamiento, el presidente de las POM reiteró que «como la Iglesia es por naturaleza misionera, del mismo modo la misión es eclesial por naturaleza, porque extiende en la concreción de la experiencia humana la acción de Cristo que pasa siempre a través de personas concretas».

«Para nosotros cristianos bautizados se trata de testimoniar a Jesús dejando que su presencia se trasparezca a través de nosotros, a fin de que su rostro sea revelado y accesible a todos los hombres y mujeres.» (JSG)

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