viernes, 19 de abril de 2024
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Reconstruir la Iglesia: la labor en la que el Arzobispo de Sídney convocó a los catecúmenos a colaborar

Sídney (Lunes, 22-04-2019, Gaudium Press) El Arzobispo de Sídney, Australia, Mons. Anthony Fisher, hizo un llamado a la participación de los fieles en la misión de la Iglesia durante la Vigilia Pascual, e incluyó en esta tarea a quienes recibieron el Sacramento del Bautismo en dicha ceremonia. El prelado inspiró sus palabras en el trágico incendio que consumió parcialmente la Catedral de Notre Dame en París, Francia.

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Catedral de Santa María de Sídney, Australia, durante la Vigilia Pascual. Foto: Arquidiócesis de Sídney.

«Mientras miles de personas estuvieron de pie junto a Notre Dame esta semana viendo o llorando, orando o cantando himnos, ellos confiaron el futuro de la Iglesia a Nuestra Señora de los Dolores», relató el Arzobispo, quien destacó la determinación de creyentes y autoridades civiles en reconstruir el templo. «Mientras tanto, en el otro lado del mundo, escuchamos un clamor similar, el llamado de Dios al joven Francisco de Asís, a nuestros catecúmenos, a toda la Iglesia de Australia en 2019: ‘Ve y reconstruye mi Iglesia'».

Mons. Fisher indicó que la Solemnidad de la Resurrección del Señor es una expresión de la labor de transformación de Dios, que permitió el paso de la muerte a la vida y de los sufrimientos humanos a la nueva vida de la Resurrección. «La sangre, el sudor y las lágrimas de la vida humana corporal, la madera, el hierro y el vinagre de la hechura humana: todo esto es llevado al fuego y al agua de Pascua para su transformación», predicó.

El Arzobispo encomendó a los catecúmenos ser como el fuego pascual, «encendiendo propósito, pasión y purificación», y a la vez imitar el agua de la Pascua, «demostrando creatividad, compasión y clemencia». El prelado afirmó que las promesas de Dios en la historia de la salvación se renuevan en el Sacramento del Bautismo, llevando la misericordia de Dios que prometió no volver a repetir el diluvio universal, la promesa de salvación y liberación del paso del Mar Muerto y la purificación de Israel y el don de un nuevo corazón. «Si Dios hizo todo esto a través de la muerte y resurrección de su Hijo, Él nos permite a nosotros entrar en esa muerte y renacimiento a través del Bautismo».

Con información de Arquidiócesis de Sídney

 

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