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Académico australiano advierte sobre desafíos a la educación católica en el país

Sídney (Lunes, 17-06-2019, Gaudium Press) El Dr Kevin Donnelly, Investigador Senir de la Universidad Católica Australiana y autor de varios libros sobre cultura y educación, dedicó un artículo en el periódico católico The Catholic Weekly a destacar las bondades de la educación católica en Australia y contrastarlas con las situaciones que generan «serias amenazas» a su desarrollo y promoción. Las escuelas católicas fomentan la excelencia, especialmente entre los menos favorecidos, pero padecen intentos de control a través del presupuesto y la imposición de un currículo estatal.

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Un grupo de estudiantes de una escuela católica en New South Wales, Australia, que fueron admitidas tras haber ingresado al país como refugiadas. Foto: Catholic Weekly.

Además de proveer una educación deseada por los padres de familias debido a sus creencias y valores, las escuelas católicas realizan un notable aporte que beneficia no sólo a los creyentes, sino que repercute en toda la sociedad. Los estudios reconocen que las instituciones de identidad católica «brindan un ambiente disciplinado en el aula, una educación que se dirige al niño integralmente y que promueve la equidad y la excelencia académica», refirió el investigador. «La investigación también muestra que las escuelas católicas son útiles para fortalecer lo que el académico estadounidense James Coleman describe como capital social».

«Las escuelas católicas tienen éxito en ayudar a los estudiantes de entornos desfavorecidos a lograr buenos resultados académicos, medidos por los resultados del año 12 y la entrada terciaria», indicó el Dr. Donnelly. «Después de ingresar a la fuerza laboral, los estudiantes que asistieron a escuelas católicas también tienen más probabilidades de ser voluntarios y lograr el éxito financiero». Estos beneficios se suman a un notable ahorro al estado, ya que los alumnos de estos centros no reciben los mismos recursos que los que se destinan a alumnos en escuelas gubernamentales. El ahorro es superior si se tiene en cuenta que los padres de familia que envían a sus alumnos a escuelas católicas sí financian con sus impuestos la educación pública que sus hijos no usan, mientras cubre con sus propios recursos los gastos adicionales de la educación de sus hijos que no cubre plenamente el estado.

Amenazas a las escuelas católicas

«A pesar del éxito y los beneficios de las escuelas católicas, los críticos laicistas argumentan que la financiación a esas escuelas debería reducirse, supuestamente, ya que solo sirven a los ricos y privilegiados en la sociedad», denunció el académico. «Se ignora que la mayoría de las escuelas católicas atienden a comunidades socioeconómicas de clase media y baja». Además de estas voces que pretenden reducir el apoyo, las escuelas católicas enfrentan intentos de intervención estatal calificados por el Dr. Donnelly como «intrusivos e injustificados».

La intervención oficial puede darse a través de condicionamientos a la financiación al exigir resultados en pruebas nacionales, la acreditación de docentes o la publicación de los planes de estudio y el rendimiento escolar. Sin embargo, «una de las amenazas más serias para las escuelas católicas y para su capacidad para permanecer fieles a su fe y las enseñanzas de la Iglesia es el plan de estudios obligatorio del estado», alertó. El académico describió este requisito como «un plan de estudios que adopta un enfoque profundamente secular de la educación y que ignora la importancia vital de la judeo-cristiandad». Las numerosas referencias a la historia, cultura y espiritualidad aborígenes contrastan con «una referencia mínima al cristianismo y su contribución a la civilización occidental y la sociedad australiana».

«Se ignora que el cristianismo sustenta nuestros sistemas políticos y legales, y que gran parte de la música, el arte y la literatura de Australia y Occidente sólo pueden entenderse y apreciarse plenamente si se tiene conocimiento del Nuevo Testamento», lamentó el investigador. «También es preocupante que gran parte de la educación moderna adopte una visión posmoderna relativista y subjetiva del conocimiento (…). Como resultado, no hay absolutos ni verdades, ya que el conocimiento es simplemente una construcción social que refuerza el poder de la clase dominante».

Esta imposición ideológica se suma a los proyectos de limitar la libertad religiosa de las instituciones mediante la eliminación del derecho a elegir qué alumnos pueden inscribirse o qué maestros se desea contratar para mantener la identidad de la institución. «Especialmente en el área de género y sexualidad, mejor ilustrada por los eventos en el Reino Unido donde las escuelas cristianas han sido penalizadas por no adoptar la visión secular impuesta por el estado, existe una posibilidad clara de que las escuelas ya no podrán enseñar de acuerdo con sus principios religiosos y creencias», advirtió.

Con información de Catholic Weekly.

 

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