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Bogotá (Miércoles, 04-09-2019, Gaudium Press) La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través de una nota de prensa, ha lamentado el fallecimiento del Cardenal José de Jesús Pimiento Rodríguez, Arzobispo Emérito de Manizales, y el más anciano de los cardenales de la Iglesia católica; en febrero pasado había celebrado su cumpleaños número 100.
Según detalló el Episcopado Colombiano, el purpurado falleció en la tarde del martes 3 de septiembre por causa de un infarto. Se encontraba en la casa San José, ubicada en Floridablanca, en el área metropolitana de Bucaramanga.
«Los obispos elevan oraciones por él y dan gracias a Dios por su testimonio Vocacional y larga vida; a la vez que expresan su saludo fraterno de condolencias a la familia del señor Cardenal y al clero de la Arquidiócesis de Bucaramanga», indica la nota de prensa de la CEC.
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| Una de sus últimas apariciones públicas ocurrió en julio pasado en la Centésima Sexta Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano, cuando fue nombrado miembro honorario de la Academia Patriótica Antonio Nariño / Foto: CEC. |
Mons. José de Jesús Pimiento, quien era Cardenal de la Iglesia católica desde el 14 de febrero de 2015, nació en Zapatoca, departamento colombiano de Santander, el 18 de febrero de 1919. Desde muy joven se inclina por el sacerdocio, ingresando al Seminario de San Gil donde en el año 1936 inicia sus estudios en Filosofía. En 1938 ingresa al Seminario Mayor de Bogotá donde cursó Teología, siendo ordenado sacerdote el 14 de diciembre de 1941 por manos del entonces Arzobispo, Mons. Ismael Perdono Borrero.
Los primeros años de su ministerio sacerdotal los vivió a través de varios cargos, entre ellos, como Vicario Coadjutor de las parroquias de Mongotes y la Catedral de San Gil. También fue capellán del colegio Guanetá, profesor del Seminario de San Gil, Sustituto de Zapatoca, y Coordinador de Acción Social y de Acción Católica y Capellán del Hospital de San Gil.
Con solo 36 años fue designado por el Papa Pío XII Obispo titular de Apollonis y auxiliar de Pasto, recibiendo su consagración episcopal el 28 de agosto de 1955 de manos del Cardenal Crisanto Luque Sánchez, entonces Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia.
El 30 de diciembre de 1959 el Papa Juan XXII lo nombra Obispo de Montería, permaneciendo en esta diócesis colombiana hasta el 29 de febrero de 1964, cuando el Papa Pablo VI lo designa Obispo de la Diócesis de Garzón-Neiva.
Mons. Pimiento participó como padre conciliar del Concilio Vaticano II. También fue escogido como delegado de las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano celebradas en Medellín, Colombia en 1968; Puebla, México en 1979; y Santo Domingo, República Dominicana en 1992.
En la Conferencia Episcopal de Colombia ejerció varios cargos, entre ellos, fue Presidente de la Comisión de Fe y Moral y de la Comisión de Límites de Diócesis; además de ser Presidente del organismo eclesial durante dos periodos seguidos, desde julio de 1972 hasta 1978. Asimismo, participó como delegado de la CEC en varios Sínodos de los Obispos en Roma, y entre los años 1972 y 1973 fue asesor del Nuncio Apostólico en Colombia para la revisión y actualización del Concordato que suscribió la Iglesia católica y el Gobierno colombiano en 1887.
En mayo de 1975 el Papa Pablo VI lo traslada a la Arquidiócesis de Manizales, donde permaneció por 21 años. Allí promovió la renovación conciliar a nivel parroquial, así como el Fondo de Bienestar del Clero y la organización del Seminario Mayor Arquidiocesano.
Al cumplir 75 años de edad presenta su renuncia como Arzobispo de Manizales al Papa Juan Pablo II, siendo aceptada por él, el 15 de octubre de 1996.
Se hace misionero de la Diócesis de Apartadó en el departamento colombiano de Antioquia, pero en 2005, por 21 meses, es designado Administrador Apostólico de su Diócesis natal.
El 4 de enero de 2015, durante el Ángelus en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco anuncia la creación de nuevos cardenales, entre ellos Mons. Pimiento. Evento que ocurrió el 14 de febrero de ese año, al que no pudo asistir el Arzobispo Emérito, quien unos días después, el 28 de febrero, recibió el capelo y anillo cardenalicio durante una ceremonia privada en la Catedral Primada de Colombia presidida por el Cardenal Rubén Salazar Gómez, Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, con la presencia del entonces Nuncio Apostólico en Colombia, Mons. Ettore Balestrero.
Una de sus últimas apariciones públicas ocurrió en julio pasado en la Centésima Sexta Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano, cuando fue nombrado miembro honorario de la Academia Patriótica Antonio Nariño.
En la ocasión expresó el purpurado: «Esta distinción la recibo como un vocero de oportunidad para que estas instituciones crezcan y hagan el bien común que necesita nuestra Patria en estos momentos de restauración de valores humanos y sociales (…) Tenemos que continuar la acción de don Antonio Nariño que se sacrificó por los Derechos humanos».
Las exequias del Cardenal ocurrirán el jueves 5 de septiembre a las 15:00 horas en la Catedral de la Sagrada Familia de Bucaramanga, siendo presididas por el Nuncio Apostólico en Colombia, Mons. Luis Mariano Montemayor.
Con información de la Conferencia Episcopal de Colombia.
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