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Washington (Lunes, 18-11-2019, Gaudium Press) Una notable celebración litúrgica se llevó a cabo el pasado 16 de noviembre en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington, Estados Unidos: la Misa de las Américas, en honor a las advocaciones marianas de la Inmaculada Concepción y Nuestra Señora de Guadalupe. La Eucaristía busca ser un llamado al retorno a la fe a través de la sacralidad y la belleza.
| Transmisión íntegra de la Misa de las Américas. Imágenes: Santuario de la Inmaculada Concepción en Washington. |
La Misa de las Américas es una composición musical del Instituto Benedicto XVI y la primera nueva Misa comisionada por la Catedral de San Francisco, Estados Unidos, desde 1971. Es una obra polifónica acompañada de órgano, cuarteto de cuerdas, campanas y marimba creada para la celebración de la Eucaristía en la Forma Extraordinaria (en latín), con textos en latín, español, inglés y Náhuatl, el idioma indígena hablado por San Juan Diego y en el que recibió el mensaje de la Santísima Virgen en sus apariciones del cerro Tepeyac.
La Misa de las Américas fue presentada por primera vez el 08 de diciembre de 2018, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción en la Catedral de San Francisco, y el pasado 18 de noviembre fue celebrada por primera vez en Washington con un carácter nacional. La inspiración de Mons. Salvatore Cordileone, Arzobispo de San Francisco, al comisionar la obra, fue honrar a la Santísima Virgen en sus dos títulos más venerados en el continente americano y unir a las iglesias hispanas y anglófonas y sus tradiciones de música sagrada.
En el trabajo de composición se tuvo presente el modelo musical de los sacerdotes misioneros que evangelizaron México y California, así como himnos religiosos populares como la canción La Guadalupana, sugerida por el Arzobispo mismo. Los textos en Náhuatl corresponden a la oración del Avemaría en lengua indígena.
La Eucaristía en el Santuario Nacional fue presidida por Mons. Salvatore Cordileone, acompañado por la música interpretada por el Instituto Benedicto XVI bajo la dirección del maestro Richard Sparks. «La ausencia de belleza y la prevalencia de lo feo eventualmente corrompe un alma y conduce a la miseria espiritual», predicó el Arzobispo, quien citó las palabras de la Sierva de Dios Dorothy Day. «La bondad alimenta el cuerpo, la verdad alimenta la mente y la belleza alimenta el alma … Tal vez sea la ausencia de belleza la que más falta en el mundo hoy, lo que explica el malestar espiritual en el que nos encontramos».
Con información de Aleteia e Instituto Benedicto XVI .
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