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Ciudad del Vaticano (Martes, 10-01-2012, Gaudium Press) «La próxima Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, en julio de 2013, ofrecerá a los jóvenes una ocasión privilegiada para experimentar el gozo que proviene de la fe en el Señor Jesús y de la comunión con el Santo Padre, en la gran familia de la Iglesia». Es esa la cuarta de las 40 indicaciones propuestas por la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) en la Nota para la celebración del Año de la Fe. Esta nota fue publicada el sábado en 7 idiomas, incluyendo español y portugués. El documento tiene un triple propósito: ayudar a los fieles a redescubrir el núcleo y fundamento de la fe; favorecer la correcta recepción del significado y de los documentos del Vaticano II; y a redescubrir la fe en toda su belleza y en su integralidad proponiendo profundas y amplias indicaciones en los niveles de la Iglesia universal; de las Conferencias Episcopales; de la diócesis y parroquias, comunidades, asociaciones y movimientos.
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| De tiempo atrás al Papa le preocupa el tema de la fe |
El tema de la fe es muy querido por el Papa Ratzinger no sólo desde el comienzo de su pontificado, sino también antes. Cuando todavía era Cardenal antes de la apertura del Sínodo sobre el 20 º aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, elaboró un libro, «Rapporto sulla Fede», que ya entonces mostraba algunas debilidades en la fe de los países occidentales, especialmente los europeos. Con esta clave, es más fácil entender su intención de crear un nuevo dicasterio con la misión de despertar la fe en lugares del mundo de larga y arraigada tradición cristiana, de convocar el Sínodo sobre la Nueva Evangelización, y el año jubilar dedicado a la fe.
El Año de la Fe, convocado con la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio «Porta fidei», se iniciará el 11 de octubre de 2012, en el quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y concluirá el 24 de noviembre de 2013, en la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo. Otro evento que será celebrado en esta ocasión será el 20 º aniversario del Catecismo de la Iglesia Católica, cuya profundización, además de los documentos conciliares, es «auspiciado» en la nota. El propósito del jubileo es recordarle a la gente la base de la fe; la renovación de la fe es promovida por medio de iniciativas pastorales y educativas.
En el programa propuesto por la CDF para la celebración del Año de la Fe hay una celebración de apertura del Año y una solemne clausura. Los obispos son llamados a dirigir a sus fieles una Carta pastoral con el tema de la fe y a organizar, especialmente en el periodo cuaresmal celebraciones penitenciales por los pecados contra la fe. Hay sugerencia de peregrinaciones a Roma siguiendo las huellas de los apóstoles Pedro y Pablo, así como a Tierra Santa, lugar de la presencia terrena de Jesús, y a los principales santuarios marianos. Las Conferencias episcopales son invitadas a redescubrir los lugares santos y obras de arte cristianas de sus propios territorios. Cada parroquia es invitada a «leer y meditar atentamente» la Carta Apostólica del Papa «Porta fidei» y a «intensificar la celebración de la fe en la liturgia, especialmente en la Eucaristía». A ofrecer su propia «oración por la renovación de la fe en el pueblo de Dios y por un nuevo impulso en su transmisión a las generaciones más jóvenes» están llamadas a las comunidades contemplativas de la Iglesia.
Entre las diversas iniciativas y deseos, es particular el dirigido a los jóvenes con una invitación a vivir la próxima Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro como una «ocasión privilegiada» para un nuevo impulso hacia la fe renovada en Dios y la comunidad de la Iglesia.
El Año de la Fe, fue convocado por primera por el Papa Pablo VI en 1967, durante el decimonoveno centenario del martirio de los apóstoles Pedro y Pablo, y como anota Benedicto XVI en la encíclica «Porta fidei», «en un momento de gran agitación cultural».
Gaudium Press / Anna Artymiak
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