Funcionario del gobierno americano impide que se lea carta del Arzobispo Castrense en misas

Washington (Lunes, 06-02-2012, Gaudium Press) Tal como lo hicieron muchas de las diócesis católicas de los EE.UU., el ordinariato castrense de ese país ordenó a sus capellanes que leyesen el domingo pasado en los servicios religiosos un comunicado de Mons. Timothy Broglio (ordinario castrense), de oposición al mandato del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por su sigla en inglés) que obliga a instituciones católicas a pagar por servicios de contracepción y esterilización en sus planes de salud.

Mons. Tymothy Broglio

Entretanto la Oficina del Jefe de Capellanes del Ejército (que cubre todo tipo de servicios religiosos, judíos, musulmanes, cristianos, etc.) lo impidió, enviando un e-mail a los capellanes jefes diciéndoles que la carta del arzobispo «no está coordinada con la oficina» y pedía que no se leyese desde el púlpito. La Oficina del Jefe de Capellanes solo permitía que se mencionase esta carta en los anuncios y que se entregase impresa al salir de misa.

El comunicado de Mons. Broglio incluía un texto del llamamiento conjunto de la Conferencia Episcopal americana sobre el tema, que decía que «no podemos cumplir esta ley injusta y no lo haremos», lo que según algunas fuentes oficiales podía ser interpretado como un llamado a la desobediencia civil.

Tras la protesta de Mons. Broglio, el arzobispo castrense y el secretario del Ejército, John McHugh, llegaron a un acuerdo. McHugh reconoció que fue un error impedir la lectura de la carta del arzobispo, pero el arzobispo retiró la frase «no podemos cumplir esta ley injusta y no lo haremos», a sugerencia de McHugh.

A pesar del reconocimiento de error de McHugh, hay comentaristas que piensan que al final hubo un nuevo atentado a la libertad religiosa. «O sea, que no solo les dicen a los capellanes que no lean la carta, ¡sino que un oficial de la administración Obama edita una carta pastoral! ¿La gente no cruzó un charco del tamaño de un océano para librarse de cosas así?», escribió Kathryn Jean López en el National Reviewer Online, denunciando la intromisión de la administración en un servicio religioso.

Con información de Religión en Libertad