jueves, 28 de marzo de 2024
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"Solo Dios puede alejar las tinieblas del error, ayudándonos a vencer el mal y todo lo que nos oprime", recuerda el Papa en la audiencia general

Ciudad del Vaticano (Miércoles, 04-04-2012, Gaudium Press) Hoy de mañana en la audiencia general en la Plaza San Pedro, el Santo Padre, al hablar de su reciente viaje a México y Cuba, resaltó «el fuerte deseo de todos los jóvenes de México, de América Latina y del Caribe de poder vivir en paz, serenidad y armonía, en una sociedad más justa y reconciliada». Del 23 al 29 de marzo Benedicto XVI hizo su 23° viaje por ocasión del bicentenario de la Independencia de México y de otros países latinoamericanos, de los veinte años de relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede y del cuarto centenario del descubrimiento de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre en la República de Cuba.

3.jpgEl Papa agradeció a las personas por la calurosa acogida que lo «acompañó con entusiasmo», pero también resaltó los problemas y los desafíos que deben enfrentar los dos países. «Quiso abrazar idealmente al continente entero, invitando a todos a vivir juntos en la esperanza y en el empeño concreto de caminar unidos en dirección a un futuro mejor», dijo.

Sea México como Cuba precisan desarrollar la libertad religiosa en los derechos de los ciudadanos. «En presencia de los exponentes de las Instituciones, de numerosos obispos y representantes de la sociedad, llamé la atención a la necesidad del reconocimiento y de la defensa de los derechos fundamentales de la persona humana, entre los cuales sobresale la libertad religiosa, asegurando mi proximidad a todos los que sufren por causa de las plagas sociales, de antiguos y nuevos conflictos, de la corrupción y la violencia», afirmó el Santo Padre recordando los encuentros en México.

El Pontífice quiso dejar un mensaje de apoyo similar en Cuba, principalmente para «la misión de la Iglesia católica, empeñada en anunciar con alegría el Evangelio, a pesar de la pobreza de medios y de la dificultad a ser superada todavía para que la religión pueda realizar el propio servicio espiritual y formativo en el ámbito público de la sociedad». El Papa afirmó «la limitación de la libertad» en la cual vive el pueblo cubano.

El Papa a los cubanos: construir una sociedad donde haya cada vez más espacio para Dios

El Papa dirigió una invitación particular a los cristianos cubanos para «dar nuevo vigor a la propia fe y para contribuir, con el coraje del perdón y de la comprensión, a la construcción de una sociedad abierta y renovada, donde haya cada vez más espacio para Dios, porque cuando Dios es excluido, el mundo se transforma en un lugar inhóspito para el hombre». Él afirmó en la audiencia que «Cuba y el mundo cubano precisan de cambios» que son la respuesta «a la verdad integral sobre el hombre, presupuesto imprescindible para alcanzar la libertad, y decide sembrar en torno a sí reconciliación y fraternidad, fundamentando la propia vida en Jesucristo». Porque «solo Él puede alejar las tinieblas del error, ayudándonos a vencer el mal y todo lo que nos oprime».

La misión de la Iglesia y el motivo del propio deseo de libertad religiosa no son privilegios, sino posibilidad de «proclamar y celebrar también públicamente la fe, llevando el mensaje de esperanza y paz del Evangelio a todos los ambientes de la sociedad».

Además de los temas sociales, el Papa recordó también el sentido cristiano de la vida que debe iluminar la vida de todos los fieles, recordando la importancia de la alegría cristiana. «Los discípulos del Señor deben hacer crecer la alegría de ser cristianos y de pertenecer a su Iglesia. De esta alegría nacen también las energías para servir a Cristo en las situaciones difíciles y de sufrimiento», resaltó Benedicto XVI concluyendo la audiencia con la invitación para seguir «el ágape que obra esta transformación, de modo que Jesús sobrepase los límites de la condición humana señalada por el pecado y supere la barrera que mantiene al hombre prisionero, separado de Dios y de la vida eterna».

Durante los tradicionales saludos, el Santo Padre hizo votos a los presentes fieles en la Plaza San Pedro.
«Invito a todos a participar con devoción en las celebraciones litúrgicas de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, para dejarnos alcanzar y transformar por su amor. Deseo a todos una Santa Pascua, colmada de los dones de Dios», dijo en español.

«De corazón doy las bienvenidas a los amados brasileños y demás peregrinos de lengua portuguesa. Mañana inicia el Triduo Pascual, donde celebraremos el misterio central de nuestra fe: la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Dejaos transformar por el amor de Cristo, manifestado en su Cruz, para que así se realice en vosotros la resurrección. ¡Una Santa Pascua para todos!», dijo en portugués.

 

 

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