Menú 
Roma (Sábado, 07-04-2012, Gaudium Press) Benedicto XVI dedicó a las familias su predicación al final del rezo del Santo Via Crucis en el Coliseo Romano, el pasado Viernes Santo. El Santo Padre pidió a las familias mantener la esperanza en medio de las dificultades, encontrando la fuerza en el sacrificio redentor de Jesús. «Cuando nos encontramos en la prueba, cuando nuestras familias deben afrontar el dolor, la tribulación, miremos a la cruz de Cristo: allí encontramos el valor y la fuerza para seguir caminando» exhortó el Papa.
Su Santidad comenzó su alocución recordando que la Pasión de Cristo es en realidad fuente de vida y esperanza: «una vía que parecía sin salida y que, sin embargo, ha cambiado la vida y la historia del hombre, ha abierto el paso hacia los «cielos nuevos y la tierra nueva» «. El Pontífice recordó que la Iglesia se une íntimamente a la memoria de la muerte de Jesús en la cruz, viendo en el madero «el árbol de la vida, fecundo de una nueva esperanza».
El Santo Padre comparó la vía dolorosa de Cristo al sufrimiento y las angustias que viven millones de familias en la actualidad. «Incomprensiones, divisiones, preocupaciones por el futuro de los hijos, enfermedades, dificultades de diverso tipo», fueron parte de las cruces actuales recordadas por el Papa. Su Santidad también destacó la angustia que generada en las familias «por la precariedad del trabajo y por otros efectos negativos de la crisis económica».
Ante esta realidad, Benedicto XVI hizo un llamado a descubrir la fuerza que nos llega del sacrificio de Cristo y aprovechar la meditación de su Pasión en el Via Crucis como «una invitación para todos nosotros, y especialmente para las familias, a contemplar a Cristo crucificado para tener la fuerza de ir más allá de las dificultades». «La cruz de Jesús es el signo supremo del amor de Dios para cada hombre», añadió el Papa, «la respuesta sobreabundante a la necesidad que tiene toda persona de ser amada».
En medio de las aflicciones y dificultades la familia no está sola, explicó Su Santidad: «Jesús está presente con su amor, la sostiene con su gracia y le da la fuerza para seguir adelante». El Santo Padre pidió a los católicos acudir a este amor de Cristo cuando la unidad de la familia se vea amenazada por las vicisitudes. «La estación del dolor y de la prueba, si la vivimos con Cristo, con fe en él, encierra ya la luz de la resurrección, la vida nueva del mundo resucitado, la pascua de cada hombre que cree en su Palabra», recordó el Papa.
Benedicto XVI finalizó su predicación con una invitación a las familias a encomendarse a la Santísima Virgen, quien acompañó a Jesús al pie de la cruz y ha alentado a la Iglesia desde su nacimiento. El Santo Padre pidió que sea ella quien «dirija nuestros corazones, los corazones de todas las familias a través del inmenso ‘mysterium passionis’ hacia el ‘mysterium paschale’, hacia aquella luz que prorrumpe de la Resurrección de Cristo y muestra el triunfo definitivo del amor, de la alegría, de la vida, sobre el mal, el sufrimiento, la muerte».
Con información de Radio Vaticano
Deje su Comentario