jueves, 28 de marzo de 2024
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El día del nacimiento del Papa

Ciudad del Vaticano (Lunes, 16-04-2012, Gaudium Press) Hace 85 años a las 4:15 horas de la mañana nació en Marktl am Inn, en la casa «Mauthaus», Joseph Ratzinger, el actual pontífice Benedicto XVI. Nació en el Sábado Santo y en el mismo día fue bautizado en la iglesia parroquial. Los padres querían que su tercer hijo fuese bautizado con el agua pascual. Esta dimensión pascual marcará después toda su vida. Una extraordinaria imagen del Pontífice presentada por su hermano Georg Ratzinger en su libro «Mi hermano, el Papa».

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El Papa, cuando niño en su Baviera natal

El nacimiento del último hijo de los Ratzinger fue notariado por el secretario municipal, Andreas Eichner, primer gran modelo de músico para el hermano Georg. «Era el Sábado Santo, hacía frío y había mucha nieve, un tiempo pésimo, en suma. Sé solamente que de un cierto momento me desperté y me di cuenta que estaba solo», cuenta el hermano mayor, último miembro más próximo de la familia todavía vivo.

En la época la liturgia de la Pascua era celebrada en la mañana del Sábado Santo. Como la bendición del agua y la ceremonia de bautismo eran parte integrante de esta misa, los padres no dudaron: «Ahora que el niño llegó lo bautizaremos». De alguna manera aquella era ya una señal particular, de buenos votos. Los dos hermanos, Georg y María tuvieron que quedarse en casa: nevaba mucho y los padres temían que se resfriasen. Ni incluso su madre fue a la iglesia: estaba muy cansada por el parto para salir con aquel tiempo. Al primer recién nacido bautizado con la nueva agua bendita fue dado el nombre de Joseph Aloisius. Desde entonces la expresión «en la puerta de la Pascua, pero no todavía dentro» se tornó metáfora de toda su vida, que desde el inicio fue sumergida en el misterio pascual.

La fuente bautismal donde el futuro Papa entró en Cristo y en la Iglesia aún existe. Es una obra del escultor Ansel Sickinger (1807 – 1873), de Munich, en estilo neogótico de piedra calcárea blanca de Danubio y decorada con seis cabezas de ángeles. En el Domingo de Pascua del 2006, que coincidía con el día del nacimiento y del bautismo del Papa, fue usada nuevamente para algunos niños.

«Finalmente, – narra Mons. Georg Ratzinger – después de unos dos días, yo también pude ver a mi hermanito. Era suave y bonito. (…) Cuando era niño se enfermaba con frecuencia». Entre los hermanos nació una larga y fuerte amistad que permanece hasta hoy. Los hermanos Ratzinger, la niña María y los dos niños, Georg y Joseph, crecieron en una atmósfera profundamente católica y religiosa, característica de Baviera, región de Alemania donde vivieron y que permaneció fuente formativa para toda la vida del futuro Benedicto XVI. La vida familiar era señalada por las fiestas religiosas y todo el año se desarrollaba en el ritmo de las mismas. El año lectivo también iniciaba después de la Pascua.

«De mamá y papá -observa el hermano del Papa- aprendimos lo que significa confiar siempre en el auxilio de Dios. Rezábamos juntos todos los días antes y después de las comidas, de mañana, al mediodía y de noche, pero principalmente después del almuerzo, cuando hacíamos nuestros pedidos particulares. (…) Nuestra vida era caracterizada por la preocupación por papá, y este era el argumento principal de nuestros pedidos al Señor. (…) Esta devoción, vivida y practicada intensamente, caracterizó toda nuestra vida, aunque hoy celebre una misa solamente por día y después renuncie a la segunda. Pero para nosotros niños era un hábito que nos fue enseñado, puedo decir, desde la cuna y al cual permanecemos siempre fieles».

«Estoy convencido -continúa en el libro- que la falta de esta religiosidad tradicional sea uno de los motivos por el cual hoy hay siempre menos vocaciones sacerdotales. En nuestra época muchos están más propensos a una cierta forma de ateísmo que a acoger la fe cristiana».

La religiosidad de los Ratzinger era caracterizada también por la devoción mariana. «La Madre de Dios -observa Mons. Ratzinger- estaba siempre presente entre nosotros. En la cocina, a la izquierda del crucifijo estaba colgada una imagen de Cristo, a la derecha un retrato de María. Casi todos los días, como ya dije, rezábamos el rosario. Solamente en el mes de octubre, dedicado a esta práctica, íbamos a la iglesia para repetirlo con los otros fieles».

El hermano del Papa cuenta en el libro que, siendo impresionado por el cardenal Faulhaber, el pequeño Joseph también quería tornarse en el futuro un cardenal. «En Tittmoning él estaba muy seguro de querer convertirse en un cardenal. Hablando muy honestamente, era solo una fantasía infantil. No podíamos ciertamente imaginar que ella se convertiría en realidad».

La familia Ratzinger tiene un origen muy antiguo, pertenece a una antigua familia campesina. Las primeras noticias remontan ya al primer milenio. Un cierto Georg Räzinger, agricultor de Ratzing, en la zona de Passau, es citado por primera vez en los registros parroquiales. Se encuentra también un cierto Razi, que al final del siglo X vivía en Sandbach. Como indicado en la cronología de 940-970, estaba al servicio de la Iglesia y había fundado el burgo de Ratzing, que se encuentra a un kilómetro de la ciudad donde vivía.

Gaudium Press / Anna Artymiak

 

 

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