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Abiertos a la alegría: Obispo en Estados Unidos invita a esposos a estar dispuestos a tener hijos

Nebraska (Martes, 25-03-2014, Gaudium Press) En una Carta Pastoral titulada «El Lenguaje del Amor», el Obispo de Lincoln, Estados Unidos, Mons. James Conley, invitó a los matrimonios a estar abiertos a tener hijos, decisión que, aunque conlleva sacrificios, conduce a una alegría profunda y auténtica. «Estamos hechos para el verdadero amor», explicó el Obispo. «El Matrimonio es una llamada a la grandeza, a amar como Dios ama: libremente, creativamente, generosamente».

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Para Mons. Conley, Obispo de Lincoln, la apertura a la vida en el matrimonio es la apertura a la alegría veradera. Foto: Arquidiócesis de Denver.

El lenguaje del verdadero amor

Las características del verdadero amor fueron descritas por el prelado empleando las palabras de la Beata Madre Teresa de Calcuta ante la Corte Suprema de Estados Unidos: «El amor tiene que doler», afirmó en ese momento la religiosa. «Debo estar dispuesta a dar lo que sea para no herir a otras personas y de hecho hacerles el bien. Esto requiere que esté dispuesta a dar hasta que me duela». Estas fuertes palabras fueron comparadas por el Obispo con el testimonio de Cristo, quien dio su vida en la Cruz como manifestación suprema del amor de Dios.

«El sacrificio es el lenguaje del amor», definió Mons. Conley, quien afirmó que el sacrificio de Cristo, así como el de todos los cristianos que siguen su ejemplo, incluyendo los padres de familia , los sacerdotes y demás creyentes son la forma como este lenguaje se «habla» en la vida real. «Vivimos en un mundo escaso de amor», diagnosticó, lamentando que se entienda el amor como «una sentimentalidad romántica en lugar de un compromiso irrompible». El amor real, sacrificado, es capaz de dar sentido a la vida y es «el núcleo de una vida plena y rica», comentó.

Mons. Conley recordó que la vocación al matrimonio es un testimonio del amor de Dios en la vida familiar, «a unir al esposo y la esposa inseparablemente en la misión del amor, y a generar desde este amor algo nuevo». Por este motivo pidió a los esposos a vivir de forma trascendente su unión: «El Matrimonio cristiano es una invitación a imitar, y conocer, y compartir la alegre libertad del amor de Dios, un eco de la Santísima Trinidad».

La generosa apertura a la vida

El Obispo citó las enseñanzas de su antecesor en la sede de la Diócesis Lincoln, Mons. Flavin, y recordó a los fieles que Dios se hace presente en la vida matrimonial y asocia a los esposos en la creación de la vida humana, destinada a la eternidad. También afirmó que quienes excluyen la posibilidad de tener hijos «disminuyen su poder de unirse y renuncian a la posibilidad de cooperar con Dios en la creación de la vida».

«Queridos hombres y mujeres casados: les exhorto a que rechacen el uso de anticonceptivos en su matrimonio. Los desafío a abrirse al plan amoroso de Dios para sus vidas», instó Mons. Conley. «Los invito a compartir el don del Dios dador de vida. Fervientemente creo que, en el plan de Dios, ustedes redescubrirán el verdadero amor por su cónyuge, por sus hijos, por Dios y por la Iglesia», agregó. «Sé que en esta apertura a la vida, ustedes hallarán la rica aventura para la cual fueron hechos».

El prelado reconoció que la cultura actual no es favorable a esta disposición, que los hijos son presentados más como una carga que como un regalo de Dios y la familia es temida coo una limitación a la libertad y la prosperidad económica. En contraposición a esto, el Obispo recordó que la Providencia de Dios acompaña a los matrimonios y que los hijos «no deben ser temidos como una amenaza o una carga, sino vistos como una señal de esperanza para el futuro».

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Los hijos no deben ser vistos como una carga, sino como un don y una pariticipación en el amor creador de Dios. Foto: Jason Bachman.

«El amor esponsal generoso, dador de vida, es el antídoto al hedonismo y la inmadurez», expuso Mons. Conley. «Los padres renuncian con alegría a propósitos frívolos y al egoísmo por el trabajo inmensamente más significativo de amar y educar a sus hijos». El prelado destacó el testimonio de muchos matrimonios que en su diócesis viven la genrosa apertura a la vida y que «enriquecen la comunidad con un espíritu de vitalidad y entusiasmo». Según el Obispo, estas personas demuestran que «mientras que los niños requieren sacrificio, también son la fuente de la alegría, el sentido y la paz. ¿Quién no entiende el gran don de una familia amorosa?».

Conversión hacia el amor auténtico

El prelado recordó que la doctrina de la Iglesia admite que ante dificultades notables los esposos puedan elegir posponer un tiempo la procreación, y para estos casos especiales sugirió la formación en métodos naturales de reconocimiento de la fertilidad, e invitó a conservar siempre la generosidad y apertura a la vida para discernir adecuadamente. También realizó un llamado a los profesionales de la salud para que orienten debidamente a las parejas y no los induzcan al desconocimiento del don de la vida.

Como parte de su llamado a una mayor conciencia del auténtico amor en la familia, Mons. Conley recordó que la Iglesia está siempre dispuesta a la misericordia y a la renovación del vínculo de los hombres y las mujeres con Dios a través, por ejemplo, del Sacramento de la Penitencia. También recomendó a los sacerdotes de su Diócesis instruir a los fieles en la doctrina de la Iglesia a este respecto.

«Hoy la apertura a los hijos es raramente celebrada, raramente entendida y raramente apoyada», señaló el prelado. «Muchos creen que la Iglesia pide una sacrificio demasiado grande. Pero el sacrificio es el lenguaje del amor. Y en el sacrificio , hablamos el lenguaje de Dios mismo».

El Obispo culminó su Carta con un desafío interesante: «Los estoy llamando a encontrar a Cristo en su amor mutuo. Los estoy llamando a una vida familiar rica y abundante. Los estoy llamando a alegrarse en el amor, y en el sacrificio, para el cual fueron hechos», exhortó. «»Estoy llamado a sus familias a compartir el amor creativo y activo del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Oro para que en el verdadero sacrificio cada uno de ustedes encuentre la perfecta alegría», concluyó.

La carta pastoral completa (en inglés) puede consultarse a través del siguiente vínculo.

Con información de Spirit Catholic Radio.

 

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