viernes, 19 de abril de 2024
Gaudium news > El oficio de tinieblas: una oración que hace uso espiritual de la oscuridad

El oficio de tinieblas: una oración que hace uso espiritual de la oscuridad

Madrid (Martes, 15-04-2014, Gaudium Press) Los días Miércoles, Jueves y Viernes Santos la liturgia de la Iglesia incluía una celebración especial al caer la tarde. El templo era iluminado a la luz de las velas dispuestas en el «tenebrario», un candelabro especial de 15 velas que representaban a los 11 apóstoles (sin Judas Iscariote), la Santísima Virgen y las tres mujeres también llamadas María (Magdalena, de Cleofás, y Salomé). A medida que los salmos se oraban se apagaban una a una las luces y, al final, sólo se conservaba un cirio encendido, símbolo de la muerte de Jesús. «Era una ceremonia muy impactante en su simplicidad», afirma en su blog personal el sacerdote español José Antonio Fortea.

8759261514_cfc12dea8b_c.jpg
Tenebrario de la Catedral de Sevilla. Foto:Santiago Abella.

Según la plataforma Aleteia, la historia del Oficio de Tinieblas se remonta al Siglo V, y estaba vinculado al canto del Miserere, al cual seguía el ruido de matracas y otros instrumentos similares por parte de los fieles, que cesaba cuando el sacerdote encendía una lámpara detrás del altar, símbolo de la sepultura de Cristo y la espera de la resurrección. El ruido ensordecedor representaba el terremoto y demás signos de la naturaleza que siguieron a la Crucifixión según los relatos evangélicos.

Orar con la oscuridad

El Oficio de Tinieblas incluía los elementos tradicionales de la Liturgia de las Horas: salmos, antífonas y responsorios, omitiendo cualquier cántico y destacando los contenidos fúnebres y de lamento, con el altar desnudo y las imágenes cubiertas (ver noticia anterior). Al finalizar no se impartía la bendición ni había rito de despedida. «La oscuridad que, poco a poco, se iba apoderando del espacio, era símbolo del triunfo de las Tinieblas, triunfo momentáneo», describe el P. Fortea. «Las tinieblas eran tangibles, no una palabra en labios del sacerdote».

«De este apagado progresivo de las luces hasta la plena oscuridad viene que en la Vigilia Pascual, el templo se encuentre a oscuras al empezar la celebración», recuerda el periodista Enrique Chuvieco, «que paulatinamente irá horadando el nuevo fuego de Cristo resucitado, representado en el paulatino encendido de velas por parte de los fieles congregados hasta iluminar por completo el templo».

Posibles aplicaciones actuales

El Oficio de Tinieblas ya no hace parte de la Liturgia de Semana Santa, pero algunos de sus símbolos pueden ser adaptados para ayudar en la oración en los días santos. En algunos lugares, algunos momentos de oración que hacen uso del tenebrario como ayuda pastoral se realizan el Miércoles Santo para no interferir con las celebraciones litúrgicas del Triduo Pascual. Uno de estos usos es propuesto por el P. Fortea para permitir que las personas que lo deseen permanezcan en oración en el templo cuando concluye la Liturgia.

«Allí, en ese momento en que la gente se marcha y la iglesia queda casi en soledad, es cuando entra en juego el tenebrario de un modo más especial», sugiere el sacerdote. «Sería poéticamente precioso ver la iglesia casi vacía, con poca gente orando, aislada en los bancos, y con el tenebrario en el centro luciendo». Si se permite que las velas se vayan apagando por sí solas (por ejemplo, si tienen distinta longitud), podría convertirse en una ayuda valiosa para propiciar una hora de oración. «Todo esto, explicado al pueblo fiel, sin duda sería un aliciente para quedarse a orar. Y para todos (incluso para los que no se quedaran en la iglesia tras el oficio) sería un bellísimo signo cargado de poesía», concluye el presbítero.

Con información de Aleteia y Blog del P. Fortea.

 

Deje su Comentario

Noticias Relacionadas