jueves, 18 de abril de 2024
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Santuario de Aparecida, en Brasil, celebró los 34 años de la visita del Papa Juan Pablo II

Aparecida (Lunes, 07-07-2014, Gaudium Press) El día 4 de julio de 1980, el Papa San Juan Pablo II hizo su primera visita al Santuario Nacional de Aparecida (San Pablo). En la ocasión el Pontífice le ofreció el título de Basílica Menor.

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Manifestando su alegría por estar en el país, el Santo Padre llamó a Aparecida de «corazón católico del Brasil, la capital espiritual del Brasil».

En su homilía, Juan Pablo II mencionó el gran número de fieles devotos que visitan el Santuario Nacional de Aparecida. «Fueron, en el año pasado (1979), más de cinco millones quinientos mil los peregrinos que por aquí pasaron. ¿Qué buscaban los antiguos peregrinos? ¿Qué buscan los peregrinos de hoy? Aquello mismo que buscaban en el día, más o menos remoto, del Bautismo: la Fe, y los medios de alimentarla. Buscan los sacramentos de la Iglesia, sobre todo la reconciliación con Dios y el alimento Eucarístico. Y vuelven revigorizados y agradecidos a la Señora, Madre de Dios y nuestra».

En otro momento de su homilía el Pontífice recordó el importantísimo papel de Nuestra Señora en los Planes de Dios. «Al confesarse ‘sierva del Señor’ (cf. Lc 1,38) y al pronunciar su ‘sí’, acogiendo en su corazón y en su seno el misterio de Cristo Redentor, María no fue instrumento meramente pasivo en las manos de Dios, sino que cooperó en la salvación de los hombres con Fe libre y entera obediencia».

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Por ocasión de su visita al Santuario, el Papa se encontró con el Cardenal Carlos Motta, primer Arzobispo de Aparecida, que ejerció ese servicio por casi dos décadas y fue personaje importante en la construcción de la nueva Basílica.
El Pontífice se encontró también con los seminaristas de Aparecida y rezó por las nuevas vocaciones, confiando a Nuestra Señora todos los jóvenes de Brasil que son llamados al sacerdocio.

«El llamado de Dios, mis queridos seminaristas, es verdaderamente sublime, pues se refiere al servicio más importante del Pueblo de Dios. Es el sacerdote quien torna sacramentalmente presente entre los hombres a Cristo, el Redentor del hombre», dijo el Papa a los seminaristas. (EPC)

Con informaciones de la A12.

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