viernes, 29 de marzo de 2024
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La pereza acaba tornándonos cristianos cómodos, alerta Papa Francisco

Ciudad del Vaticano (Miércoles, 12-11-2014, Gaudium Press) Según el Papa Francisco, en la Misa celebrada este martes 11, en la Casa Santa Marta, precisamos «luchar siempre contra las tentaciones que nos alejan del servicio al prójimo».

El Santo Padre recuerda que, «como Jesús, nosotros debemos servir sin pedir nada», pues «no podemos apropiarnos del servicio transformándolo en una estructura de poder».

Iniciando su homilía, el Papa afirmó que Nuestro Señor siempre hablaba de la fuerza de la Fe y nos explica hasta hoy que ella debe ser colocada al servicio del pueblo de Dios.

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«El cristiano que recibe el don de la Fe en el Bautismo y no lleva este don al servicio se torna un cristiano sin fuerza, sin fecundidad», dijo, recordando que «él acaba siendo un cristiano para sí mismo, que sirve solamente a sí; y su vida está triste, pues las cosas grandes del Señor son ‘olvidadas’ «.

Además de eso, el Pontífice resaltó que «el servicio es único», pues de hecho, no podemos servir a dos patrones, que son Dios y las riquezas materiales.

Francisco también advirtió a aquellos cristianos que se alejan de sus obligaciones por causa de la pereza: «entibia el corazón; la pereza nos torna cómodos».

«La pereza nos distancia del servicio y nos lleva a la comodidad, al egoísmo. Muchos cristianos son así… son buenos, van a Misa, pero el servicio hasta aquí… Pero cuando yo digo servicio, yo quiero decir todo: el servicio a Dios en la adoración, la oración, la alabanza; servicio al prójimo.»

Finalizando, el Papa agregó: «en la vida, tenemos que luchar mucho contra las tentaciones que buscan distanciarnos de esta actitud de servicio. La pereza lleva a la comodidad: al servicio a la mitad; a tomar el control de la situación, y así, de siervo tornarse patrón, que lleva a la soberbia, al orgullo, a tratar mal a las personas, de sentirse importante, porque yo soy cristiano, yo tengo la salvación»,
«El Señor nos dé esas dos grandes gracias: la humildad en el servicio, a fin de que seamos capaces de decir: ‘Somos siervos inútiles -pero siervos- hasta el fin’; y la esperanza en la espera de la manifestación, cuando el Señor vendrá hasta nosotros», concluyó. (LMI)

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