jueves, 28 de marzo de 2024
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En su homilía en la Casa Santa Marta, el Papa habló de la virtud en la vida cotidiana

Ciudad del Vaticano (Jueves, 04-12-2014, Gaudium Press) Hoy en su homilía en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco habló de la existencia de la virtud en la vida cotidiana, la puso como ejemplo, y la contrapone a los «cristianos de apariencia», «cristianos disfrazados, porque apenas cae un poco de lluvia el truco desaparece».

Realmente, hay muchos hombres y mujeres que «ponen en práctica el amor de Jesús». Ellos han construido su casa sobre la roca, que es Cristo:

«Pensemos en los más pequeños, eh. En los enfermos que ofrecen sus sufrimientos por la Iglesia, por los demás. Pensemos en tantos ancianos solos, que rezan y ofrecen. Pensemos en tantas madres y padres de familia que llevan adelante con tanta fatiga su familia, la educación de los hijos, el trabajo cotidiano, los problemas, pero siempre con la esperanza en Jesús, que no se pavonean, sino que hacen lo que pueden».

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Foto: Radio Vaticano

El Pontífice también invitó a meditar en «tantos sacerdotes que no se hacen ver pero que trabajan en sus parroquias con tanto amor: la catequesis a los niños, la atención a los ancianos, a los enfermos, la preparación a los recién casados… Y todos los días lo mismo, lo mismo, lo mismo. No se aburren porque en su fundamento está la roca. Es Jesús, esto es lo que da santidad a la Iglesia, ¡esto es lo que da esperanza!».

El Papa dijo que también que el camino a la santidad puede no ser rectilíneo, como cuando se «comete algún pecado grave, pero se arrepienten, piden perdón, y esto es grande: la capacidad de pedir perdón, de no confundir pecado con virtud, de saber bien dónde está la virtud y dónde está el pecado. Estos están fundados sobre la roca y la roca es Cristo. Siguen el camino de Jesús, lo siguen a Él».

El Pontífice concluyó su meditación, convocando a que en los días preparatorios de la «Navidad pidamos al Señor que estemos fundados firmemente en la roca que es Él. Nuestra esperanza es Él. Nosotros somos todos pecadores, somos débiles pero si ponemos la esperanza en Él podremos ir adelante. Y ésta es la alegría de un cristiano: saber que en Él está la esperanza, está el perdón, está la paz, está la alegría. Y no poner nuestra esperanza en cosas que hoy están y mañana no estarán».

Con información de Radio Vaticano

 

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