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Ciudad del Vaticano (Miércoles, 07-01-2014, Gaudium Press) Ayer 6 de enero, el Cardenal Secretario de Estado vaticano inauguró una nueva ‘ala’ del Pontificio Colegio Norteamericano en Roma, donde se forman 256 seminaristas, un edificio de 10 pisos, desde el que se puede observar la cúpula de la Basílica vaticana. Es este el mayor seminario de los Estados Unidos.
La presencia de tantos seminaristas «significa que, al menos en algunas áreas, las vocaciones están creciendo», dijo el Cardenal Pietro Parolin. «Mirando el escenario mundial, esas son noticias muy alentadoras».
Tres Cardenales estadounidenses estaban presentes en la ceremonia: El cardenal James M. Harvey, arcipreste de la Basílica de San Pablo Extramuros, en Roma; el Cardenal Edwin F. O’Brien, gran maestre de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro; y el cardenal Donald Wuerl, Arzobispo de Washington W. El cardenal australiano George Pell, prefecto de la Secretaría de Economía, también participó.
La obra pudo llevarse a cabo por la generosidad de un matrimonio de Bartlesville, Oklahoma, que hizo una donación de 8.5 millones de dólares.
La ceremonia
La ceremonia de bendición de la nueva ala fue sobria y brillante. El Cardenal Parolin encabezaba una procesión desde el 10 piso hasta abajo. En cada piso, uno de los cardenales asistentes rezaba una oración, esparcía agua bendita y los presentes entonaban un himno. El purpurado italiano descacó «la belleza de esta liturgia».
Entre las cosas a destacar de la nueva parte del complejo está una capilla en honor de San Juan Pablo II donde se alberga un pedazo de la sotana que usaba el día de su atentado en 1981, diversos espacios para prácticas de liturgias y un ambiente de lectura con una vista de 360 grados sobre toda Roma.
Con información del Catholic News Service
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