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Toronto (Miércoles, 14-01-2015, Gaudium Press) La Iglesia Católica en Canadá anunció su disposición de colaborar en la atención que requerirán los 13 mil refugiados sirios que el gobierno canadiense anunció que recibirá en los próximos tres años. La iniciativa, que según el Ministerio de Ciudadanía e Inmigración deberá contar con al menos un 60 por ciento de ayuda de instituciones privadas – como las agencias humanitarias de la Iglesia -, no fue consultada previamente, de forma que ya se ha solicitado a las autoridades la definición de las reglas y tiempos de implementación del proyecto para poder coordinar los esfuerzos.
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| Los campamentos de refugiados en Líbano, cubiertos por la nieve en la oleada invernal que azota la región. Foto: Cáritas Internationalis. |
Según los anuncios oficiales, 10 mil de los refugiados, que en este momento residen en campamentos temporales en países como Turquía, Jordania, Líbano, Irak y Egipto llegarían a Ottawa, capital del país. Un anuncio posterior sumó otros tres mil refugiados, esta vez iraquíes. Sin información previa y con preguntas por resolver, la Iglesia anunció su apoyo, a través del Director ejecutivo de la Oficina de Refugiados de la Arquidiócesis de Toronto, según informó The Catholic Register. «Yo debo decir que sí, es viable», indicó, pero explicó que hay consideraciones importantes a tener en cuenta. «Definitivamente necesitamos asistencia».
Un aspecto a tener en cuenta es la disponibilidad de las ayudas, explicó Mark. «Nuestro trabajo está basado en voluntariado en un 99 por ciento. Los recursos humanos, los fondos, la logística, todo viene de voluntarios». Por este motivo la Iglesia no tiene un control total que permita disponer de forma ilimitada o voluntaria de las ayudas y el conocer el proyecto en detalle ayudará a programar las actividades correspondientes.
El Sponsorship Agreement Holder Council, organización que agrupa a agencias de ayuda de todo el país, comparte la inquietud de la Iglesia sobre la adecuada implementación de la iniciativa y ya solicitó mayor información al gobierno, pidiendo además que se faciliten los trámites y la obtención de seguridad social para los admitidos en el programa de inmigración.
Finalmente, la Iglesia expresa su interés en participar en todo tipo de acciones conjuntas que beneficien a poblaciones vulnerables, siempre y cuando no signifique el sacrificio de otras acciones igualmente necesarias. «Definitivamente necesitamos ver que ayudar a los sirios o los iraquíes no va costar olvidar al Darfur, a Sudán y Sudán del Sur, u olvidarse de los cien mil refugiados en Kenia o los refugiados de Costa de Marfil en África Occidental», expresó Mark. «No podemos hacer eso y no lo vamos a hacer».
Con información de The Catholic Register.
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