martes, 16 de abril de 2024
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Una exposición que causa admiración

San Pablo (Lunes, 06-07-2015, Gaudium) Debo confesar que quedé admirado. Encontré un grupo grande de personas que, de forma diversa, tenían la misma intención, el mismo modo de tratar a las personas y que, persiguiendo un mismo objetivo, parecían vivir un mismo ideal.

Era todo como si fuese una muestra de unidad que se movía dentro de una variedad grande y, a veces, hasta pareciendo dispares… Solo encuentro facilidad para explicarme, si cuento hechos de lo que vi.

Primero fue una monja que me explicaba su congregación y mostraba porqué en torno de ella había tantos cuadros de origen bizantino.
Después una joven señora, bien instruida, me contó cómo su organización buscaba actuar entre empresarios para que ellos tomasen actitudes siempre coherentes con los principios cristianos.

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Foto: Expocatolica.com.br

Un señor de edad hizo que el sonido de una enorme campana llenase sonora y agradablemente todo el ambiente. Y explicó el origen de las campanas en las iglesias y… la ventaja del uso de ellas.

¡Había mucha variedad realmente!

Un grupo de seminaristas con sus hábitos recorría corredores conversando con los que se aproximaban a ellos. Un comunicador hacía entrevistas para su emisora llamada Radio Jesús.

Las variedades continuaron delante de mis ojos: Un hombre robusto muestra cómo son hechas las hostias, velas y vinos que él fabrica.
Muchas personas exponían objetos religiosos en una variedad sin fin: rosarios, medallas, imágenes, crucifijos, escapularios, cuadros… y mucho más.

Me pareció interesante que algunas personas conversasen sobre iluminación y sonorización de Iglesias y al lado de ellos otros mostraban proyectos de iglesias con ambiente de penumbra y de silencio y recogimiento. Había hasta proyectos con iglesias que tenían altar tradicional, mesa de comunión y confesionarios.

Me pareció raro cuando contemplé a un grupo de personas recibir instrucciones de cómo se debe gestionar una parroquia en los días de hoy. Pero, después, vi que eso es también necesario.

¡Ah! Ya me estaba olvidando de las personas que mostraban pequeñas joyas con temas religiosos, o libros con asuntos actuales, CDs con grabaciones hechas por afinados cantantes que hasta entonces, infelizmente, desconocía…

Bien, tengo la pretensión de juzgar que, con esos hechos, acabé mostrando la variedad y la unidad que se vivía en el ambiente en que me había introducido.

Entonces, ¿dónde realmente me encontraba? Estaba en una feria de productos y servicios para la Iglesia.

Era el primer día de la 11ª edición de la «Expo Católica», que se realiza en San Pablo, Brasil.

Y la admiración a la cual me referí arriba no me vino de hecho de que se hiciese una feria, una exposición, que tuviese también aspectos económicos. ¡No!

La admiración me vino porque solo veo ferias de cosas pro mundanidad, solo encuentro exposiciones que incitan e incentivan la práctica de todos los vicios capitales.

Aquí las disputas existían: era para ver quien servía mejor. Yo vi alegría en los «contrarios». Encontré un ambiente donde la variedad completaba los que allí estaban y la unidad los hacía solidarios, alegres.

¿Será que, haciendo un parafraseo, yo estaría exagerando si afirmase que es muy bueno y causa alegría ver a los hermanos en la Fe convivir entre sí?

Por João Sergio Guimaraes

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