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Neutralidad moral no es una opción: sacerdote a federación de universidades católicas

Sídney (Viernes, 17-07-2015, Gaudium Press) Una reflexión sobre la misión e identidad de las universidades católicas fue el centro de una intervención realizada por el P. Michael J. Garanzini, Canciller de la Universidad de Loyola en Estados Unidos, ante la Asamblea General de la Federación Internacional de Universidades Católicas reunida en Sídney, Australia. Las palabras del Canciller fueron destacadas por la Arquidiócesis de Sídney y hacen parte de la reflexión de los presentes sobre el documento Gravissimus Educationis del Concilio Vaticano Segundo y la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae de San Juan Pablo II.

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El P. Michael J. Garanzini, Canciller de la Universidad de Loyola en Estados Unidos durante su intervención. Foto: FIUC.

El P. Garanzini recordó cómo las universidades católicas son lugares de diálogo de la Iglesia con la cultura, que sirven a personas de diferentes entornos y escuchan al tiempo que enseñan a creyentes y no creyentes. Al mismo tiempo, señaló dos grandes deberes de estas instituciones. El primero es «fidelidad a la visión de la Iglesia de que la educación superior requiere un esfuerzo consciente de formar a los estudiantes en la mente y el corazón, el carácter y el espíritu, lo cual es la totalidad de la persona», indicó.

«El currículo y el programa de una universidad católica debe tener más allá que un objetivo secular», añadió. El carácter trascendente de la institución debe manifestarse también en las actividades electivas, las organizaciones sociales vinculadas a las universidades y el fomento de expresiones como el arte que apoyan el desarrollo de los alumnos de manera complementaria al currículo formal.

Verdad y neutralidad artificial

Un segundo deber de la universidad católica está relacionado a su carácter de institución de servicio, manifestado en una auténtica búsqueda de la verdad y del bien común. En esto, las instituciones católicas se convierten en signo de contradicción: «La cultura y las creencias dominantes en la academia de hoy sostienen que la verdad es elusiva y sólo parcialmente accesible», alertó el sacerdote. «Esto reduce el conocimiento a lo que podemos ver y examinar con los sentidos. Más importante aún: insiste en la neutralidad con respecto a las cuestiones morales».

Esta tendencia de neutralidad moral en las universidades seculares es ampliamente dominante, pero no puede ser compartida por las instituciones inspiradas en la doctrina de la Iglesia. «La fe y la razón apoyan mutuamente la búsqueda de la verdad y son esenciales para llegar a conclusiones sensatas y justificables especialmente cuando se trata de cuestiones de justicia y equidad», indicó el P. Garanzini, quien denunció cómo los líderes académicos seculares se ven forzados al silencio en materias de gran interés para mantener una neutralidad artificial.

«Cuando se trata de los problemas morales y sociales de la sociedad secular, la claridad de pensamiento y de dirección es esencial y esperada de quienes se proponen estudiar, reflexionar y solucionar problemas», recordó el Canciller. El sacerdote afirmó que los jóvenes enfrentan decepción si buscan una claridad moral en las universidades y descubren que los centros académicos no tienen una posición definida en los asuntos de mayor importancia en la actualidad.

La Asamblea General de la Federación Internacional de Universidades Católicas es acogida en su versión número 25 por la Universidad Católica Australiana en Melbourne y se extiende hasta el día 17 de julio de 2015.

Con información de Arquidiócesis de Sídney.

 

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