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Valencia (Miércoles, 19-08-2015, Gaudium Press) El Cardenal Antonio Cañizares, Arzobispo de Valencia, España, presidió la celebración de la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María tras la tradicional procesión de la Dormición de la Santísima Virgen y motivó a los creyentes a dar un testimonio abierto de la fe. «A la Iglesia se la querría callada en todo, muda, que se plegase a los poderes de este mundo», advirtió, según informaciones de la agencia diocesana AVAN, al tiempo que animó a «dar razones de la esperanza que anima a la Iglesia».
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| Cardenal Antonio Cañizares, Arzobispo de Valencia, España, durante su homilía de la Asunción de la Santísima Virgen. Foto: Manolo Guallart / AVAN |
«La Iglesia en el siglo XX y los comienzos del XXI se ha visto acosada, tal vez como nunca en la historia, y ha tenido que librar dura batalla contra el poder de las tinieblas», denunció el Card. Cañizares, recordando las grandes persecuciones sufridas por los cristianos en todo el mundo y que aún hoy se producen en países del Medio Oriente y África. «Las fuerzas del mal, las que están al servicio del príncipe de la mentira, enemigo del hombre, siguen acechando a la Iglesia, dispuestas a despedazarla, y a quien en ella está presente, Jesucristo».
El Arzobispo indicó que las amenazas no sólo provienen de la guerra o la discriminación física. «No sólo es la eliminación física sino el ataque moral, también en Occidente», explicó el Cardenal haciendo alusión a las ideologías que pretenden que «la Iglesia desaparezca y no cuente». Dichos movimientos, aparentemente novedosos, «huelen a rancio», advirtió el purpurado, y «en el fondo tratan de eliminar a la Iglesia porque es en ella, en definitiva, donde se ofrece a Jesucristo, la Verdad que nadie puede destruir y donde está el amor, la libertad, la felicidad y la Vida».
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| El Cardenal Cañizares, recibe la imagen de la Dormición de la Santísima Virgen. Foto: Manolo Guallart / AVAN |
Ante este panorama preocupante de persecución, secularismo extremo, «la apostasía silenciosa y las deserciones de tantos cristianos, el debilitamiento de las conciencias y la quiebra moral de los tiempos actuales», la Iglesia continúa llevando a cabo su misión, si bien dentro de una dura prueba, y «ofrece a todas las gentes la esperanza viva en Jesucristo, resucitado, consciente». Precisamente en medio de estas circunstancias, » en unión con María, asunta a los cielos, gloriosa, la Iglesia es testigo de esperanza, camina en esperanza, llama a la esperanza», exclamó el Arzobispo.
«La Iglesia tiene la certeza de Jesucristo en ella, de que Dios no la deja en la estacada, como no deja en la estacada al hombre por la resurrección de su Hijo Jesucristo, de la que es muestra y garantía la glorificación de María que hoy celebramos», concluyó el Cardenal.
Con información de AVAN.
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