sábado, 20 de abril de 2024
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Exponen en Zaragoza los mantos de la Virgen del Pilar

Zaragoza (Martes, 13, 10-2015, Gaudium Press) Desde el pasado 1º de octubre hasta el 10 de enero de 2016 se presenta en el Museo Diocesano de Zaragoza la exposición «Mantos de Nuestra Señora del Pilar». La muestra reúne más de 30 mantos antiguos que datan desde el siglo XVIII hasta el XX, muchos de los cuales fueron entregados a la Virgen como ofrenda de acción de gracias.

De acuerdo con Iglesia en Zaragoza, boletín informativo de la Archidiócesis española, la costumbre de entregar un manto como regalo a la virgen es muy antigua. La ofrenda se daba para agradecer a Nuestra Señora su intercesión ante un favor, expresando ese agradecimiento con una inscripción bordando la intención en el forro de la pieza. Incluso varios de los mantos sirvieron de consuelo para los enfermos, sobre todo en momentos de postración, y para los moribundos mientras partían para su encuentro con Dios.

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De los mantos sobresale también la manera como fueron elaborados, ya que muchos de ellos son considerados auténticas joyas textiles.

Según el medio de comunicación diocesano, los orígenes de la costumbre de regalar a Nuestra Señora los mantos viene de siglos atrás, siendo el más antiguo del año 1762, aunque existen documentos que hablan de un manto que fue entregado a la Virgen en 1504, y recientes investigaciones también hablan de otro que data de 1491 que regaló a la Virgen Doña María López de Gurrea, Condesa de Ribagorza, en agradecimiento por la curación de su hijo. Incluso en el año 1577 ya se tenían catalogados más de 70 mantos que habían sido donados a Nuestra señora. Hoy la colección e los mantos ya superan los 500.

Entre los mantos que se encuentran en la exposición hay varios célebres como el que regaló la reina María Cristina, bajo cuyo amparo murió el rey Alfonso XIII en Roma, y luego la reina Victoria Eugenia de Lausana.

De los mantos sobresale también la manera como fueron elaborados, ya que muchos de ellos son considerados auténticas joyas textiles por los materiales con que fueron confeccionados, entre ellos terciopelo, tisú, cuero, raso de seda, damasco, brocado, entre otros; así como por los bordados, las pinturas y los motivos ornamentales. Pero, como se subraya desde el medio de comunicación diocesano, el verdadero valor decorativo trasciende lo artístico, ya que «son ofrendas que nacen de corazones enamorados y agradecidos».

Con los años la confección de los mantos ha variado, en un principio se hacían para colocarlos cubriendo toda la imagen de la Virgen y el Niño, más adelante solo cubrían la imagen desde la cintura de la virgen y casi toda la columna cayendo en forma de campana, pero desde finales del siglo XIX se empezaron a utilizar los mantos sólo para la columna.

De acuerdo con una antigua tradición, el 2 de enero del año 40 Nuestra Señora se le aparece en carne mortal al Apóstol Santiago en Caesaraugusta, nombre de Zaragoza en la época romana, entregándole una columna de jaspe en símbolo de la fortaleza que debía tener su fe. Hoy en el lugar de la aparición, y donde se halla la columna, es donde se encuentra la Basílica de Nuestra Señora del Pilar.

Con información de Iglesia en Zaragoza.

 

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