jueves, 28 de marzo de 2024
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El milagro que obtuvo la próxima canonización de la Madre María de la Purísima

Madrid (Miércoles, 14-10-2015, Gaudium Press) El próximo domingo el Papa canonizará en el Vaticano a la Madre María de la Purísima, religiosa de las Hermanas de la Cruz de España. ¿Cuál fue el milagro avalado por la Santa Sede para proceder a esta canonización?

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Se trata de la inexplicable recuperación de Francisco José Carretero, más conocido como Carre, quien el 23 de septiembre sufrió un infarto, estando 25 minutos en paro cardiorrespiratorio y luego 12 días en coma. «Estoy vivo de milagro», dice Francisco. Miremos como cuenta Carre estos hechos a Aciprensa:

«El que menos sufrí fui yo, que estaba en coma, porque mi familia, mi novia, mis amigos lo pasaron muy mal», asegura. Estando en ese trance, unos amigos de Carre inician una novena a la Madre María de la Purísima pidiendo su restablecimiento. Ya se habían firmado todos los documentos para el traslado de Francisco a la Unidad de Cuidados Paliativos, e incluso «hasta mi novia había firmado para donar mis órganos»; los médicos ya habían hecho todo lo posible y se temía el más triste desenlace.

No obstante, lo temido no ocurrió, y el «último día de la novena desperté del coma».

Hubo un suceso que le agrega aún más ‘sabor’ sobrenatural a todo este relato. «La madrugada anterior a que despertara, una de las religiosas de las Hermanas de la Cruz estaba muy enferma y antes de que muriera las otras monjas le dijeron: «Cuando llegue al cielo pídale a la Madre María de la Purísima por la recuperación de Carre». Por la noche la hermana murió y yo desperté a la mañana siguiente», narra Francisco a Aciprensa.

La relación de Francisco con la comunidad de la Madre María de la Purísima era ya entonces de largo aliento. Francisco siempre había tenido especial devoción a Sor Ángela de la Cruz, la fundadora de las Hermanas de la Cruz, y a quien sucedió María de la Purísima. «Siempre le hemos tenido devoción a Sor Ángela de la Cruz y desde mi curación, lógicamente también le rezamos mucho a la Madre María de la Purísima».

A los investigadores del tribunal médico, los indagados respondieron igual: «Todos mis familiares contaron lo mismo, que habían pedido a la Madre María Purísima por mi curación. Y que mi madre era la única que conservaba la esperanza de que me recuperara», explica Carre. Lo cierto es que el milagro ha servido para que solo cuatro años después de la beatificación, el Papa esté canonizando a la Madre de la Purísima, el próximo domingo.

Y allá estará Carre, con una medalla de la Virgen Macarena en su cuello. Feliz de la exaltación de la Madre María de la Purísima, aunque un poco sorprendido con el revuelo. «Parece como si yo fuera el santo y la verdad es que de santo tengo más bien poco», reconoce. Pero asegura de manera firme que «todo lo que esté en mi mano hacer por las Hermanas de la Cruz yo lo haré».

 

 

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