jueves, 25 de abril de 2024
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Cardenal Cipriani preside misa por 250 años de la Hermandad del Señor de los Milagros

Lima (Jueves, 05-05-2016, Gaudium Press) «Meditemos contemplando con los ojos del alma, contemplando esa sagrada imagen del Señor de los Milagros, el Señor en la Cruz. Con su Madre al lado y el apóstol San Juan. Con sinceridad, contemplemos en este día como con un espejo viendo nuestras vidas, nuestras familias, nuestra hermandad, nuestras cuadrillas, nuestros hijos. Mirando todo eso, como un espejo delante del Señor de los Milagros»: Así, el Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, inició su homilía en la misa por la celebración de los 250 años de las cuatro primeras cuadrillas de la Hermandad del Señor de los Milagros el pasado martes. El purpurado limeño también recordó a todos los presentes la importancia de venerar la sagrada Cruz:

«La Cruz no es esa señal mala, problemática, oscura que el mundo de hoy quiere decir, no. La Cruz es trono de gloria, de gozo, de dolor, de generosidad, de cariño. Es la mayor prueba que tiene el amor de Dios. Tanto nos amo que murió en la Cruz. (…) Qué bonita es la Cruz, esa Cruz que duele, esa Cruz en la que el Señor entrega la última gota de su sangre, esa Cruz en la que el Señor se presenta como un esclavo, desposeído, maltratado, burlado, más que nunca».

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«Que la luz que brille en la Hermandad sea la unidad»

El Cardenal Cipriani luego recordó a todos los miembros de las hermandades que pertenecer a ellas no les debe generar un estatus de vanidad, sino de humildad:

«Queridos hermanos, y en esta fiesta, una de las grandes luces de la hermandad es poner al Señor de los Milagros, al Señor de la Cruz, que ilumina la historia de nuestra patria, de nuestras familias, de la gente más sencilla y más pobre. No hagamos nunca de la hermandad un estatus de vanidad o de poder, es todo lo contrario. Nuestros hermanos que inauguraron estas cuadrillas destacaron por su humildad. Siendo nada o menos que nada se lanzaron a esta aventura de sacar al Señor, de ver el modo de levantar unos reales de aquí o allá para dárselos a Él. No eran muchos, eran pocos, pero eran hijos de Dios, fuertes, curtidos en el amor».

«Esa fe popular debe seguir fuerte»

Finalmente, les pidió a los miembros de la Hermandad que renueven su promesa con el Señor y que sigan manteniendo fuerte esta fe popular:

«Por eso hoy, con tanto gozo nos reunimos en la Catedral junto a nuestra Madre Santa María para venerar esa sagrada imagen, para hacer la promesa: «Señor, nos mantendremos siempre unidos, humildes y junto a tu Cruz y seremos la fe de este pueblo». Yo lo veo así desde el primer día y que cada año el Señor nos bendice y aumenta, no solo en Lima, en el Perú y en el mundo. Quién pensó que el Santo Padre bendeciría directamente y hablaría como habla de Guadalupe o de Lourdes y Fátima, el Señor de los Milagros en el Perú, en Lima. Y yo, que no soy nadie, como hermano de esta cuadrilla soy responsable de que esa fe popular siga fuerte».

Junto al Cardenal Cipriani estuvieron Monseñor Raúl Chau, obispo auxiliar de Lima y Padre Jaime Calvo, Director Espiritual de la Hermandad del Señor de los Milagros de las Nazarenas.

Historia

Narra la tradición que en medio de un pueblo lleno de fe, hace más de dos siglos existía un Cristo Moreno que al hacerse tan popular en el Barrio de Pachacamilla muchos fieles acudían a visitarlo por los miles de milagros que concedía. De esta manera sale en procesión bendiciendo hogares, hospitales y a todo el mar humano que lo acompañaba.

Con información de la Oficina de Comunicaciones del Arzobispado de Lima

 

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