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Fátima – Portugal (Viernes, 12-05-2017, Gaudium Press) En el contexto de las conmemoraciones del Centenario de las Apariciones de Fátima, cuando el Papa Francisco irá hasta Portugal para la canonización de los videntes Francisco y Jacinta Marto y como peregrino, se espera que más de un millón de fieles y peregrinos se dirijan al Santuario Nacional de Nuestra Señora de Fátima que se localiza en el lugar de las apariciones de 1917 en la Cova de Iria.
El movimiento en Fátima ya es intenso. Hace meses que los hoteles en esa pequeña ciudad y en las localidades próximas a ella están con sus reservas agotadas. No hay más lechos disponibles.
Los famosos peregrinos que hacen el último recorrido de la peregrinación de rodillas ya son vistos a cada instante dirigiéndose a la Capilla de las Apariciones con el rosario en la mano, rezando.
Evidentemente que no son todos que llegan de ese modo a las conmemoraciones. La mayoría viene caminando. Además del bordón del peregrino, del rosario y de la boina, cada uno trae una historia para contar: una dificultad que fue vencida, una cura inusitada y siempre un agradecimiento sincero y una esperanza que brilla en los ojos de rostros ya vividos y cansados o también en ojos vivos y castaños de rostros jóvenes.
No son solo portugueses que van llegando y mueven la explanada del Santuario. Fátima alcanzó corazones en todo el mundo y un caleidoscopio de tipos humanos ya caminan para Fátima y las aves Marías ya son oídas en timbres, acentos e idiomas más variados.
Tranquilidad y Seguridad
Si, por un lado, la tranquilidad reina, la vigilancia no puede ser puesta de lado. Y esta vigilancia orienta a que los ojos estén atentos, la atención redoblada.
No son apenas los fieles que estarán expuestos a cualquier locura que el mundo de hoy puede reservar: allí estará el Papa.
Y, cuando hasta las cosas sagradas perdieron la respetabilidad que a ellas se debe, es preciso, sin terrorismos psicológicos, mantenerse circunspectos, cautelosos, prevenidos.
Control y Seguridad en las conmemoraciones
Para llevar protección al Pontífice y a la multitud que lo acompañará, las autoridades portuguesas montaron una operación de seguridad que puede ser considerada «histórica». El dispositivo montado envuelve millares de agentes y de militares.
Por ejemplo, a partir de la medianoche del día 10 hasta medianoche del día 14, fueron restablecidos los controles de pasaportes y documentos de identificación por el Servicio de Extranjeros en las fronteras aéreas, marítimas y terrestres.
Esa medida adoptada por el Gobierno portugués cuenta con el apoyo de agentes de la Policía de Seguridad Pública, Fuerza Aérea y Policía Marítima, así como de autoridades extranjeras, especialmente españolas.
La adopción de estas medidas fue justificada por el Gobierno por causa de la «dimensión, características, complejidad del evento, su visibilidad mediática, la enorme afluencia de personas esperadas y el actual contexto de amenazas».
Seguridad en el Santuario de Fátima
El espacio aéreo sobre el Santuario estará bajo la mirada atenta de la Fuerza Aérea Portuguesa y estará cerrado durante los eventos allí realizados. Los aviones cazas aéreos F-16 que estacionan normalmente a 50 kilómetros de Fátima, en la Base Aérea de Monte Real, ya están preparados para permanecer en estado de alerta total.
Medidas anti-drones, con control de ondas electromagnéticas y de radio serán utilizadas. Helicópteros de la policía sobrevolarán constantemente la localidad.
Seguridad del Papa
Según el Rector del Santuario, Padre Cabecinhas, Fátima es un lugar seguro y las varias fuerzas envueltas en la protección de la visita del Papa «trabajan para garantizar la seguridad» de todos los fieles que lo acompañarán.
El papamóvil que transportará a Francisco en su visita a Fátima llegó en la tarde del martes a la Base Aérea de Monte Real a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Portuguesa.
El C-130, que fue a buscar el Papamóvil llevará el vehículo papal de vuelta a Roma el día 14. (JSG)
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