martes, 16 de abril de 2024
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El milagro Eucarístico de Turín: cuando la custodia y Hostia consagrada se elevan por los aires

Turín (Jueves, 08-06-2017, Gaudium Press) Turín es conocida por ser casa de la Familia Salesiana, donde San Juan Bosco comenzó y desarrolló su misión con los niños y jóvenes más desprotegidos. Pero la ciudad, hace más de 500 años, fue epicentro de un llamativo milagro Eucarístico.

Los hechos ocurrieron el 6 de junio de 1453, cuando en Alta Val Susa, en Exilles, se enfrentaron las tropas de Renato d’Angió, rey de Nápoles, con las milicias del duque Ludovico de Saboya. Mientras un grupo de soldados saqueaba los alrededores, uno decidió entrar a la Iglesia robando la custodia con la Hostia consagrada, introduciéndola en un saco, que luego subió sobre su mulo.

El ladrón tomó al animal y se dirigió a Turín. Cuando llegaba a la Plaza Mayor, muy cerca de la iglesia de San Silverio, el mulo tropezó y se fue al piso abriéndose enseguida el saco mostrando su contenido: Ante el asombro de todos, la custodia con la Hostia se elevó al cielo llegando hasta la altura de las casas.

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El Obispo Ludovico de Romagnano eleva un cáliz donde poco a poco desciende la Hostia / Imagen todmada de: Diocesi di Torino.

Don Bartolomé Coccolo, testigo de lo ocurrido, corrió a llamar al Obispo Ludovico de Romagnano, quien acudió de inmediato a la plaza, con un cortejo de fieles y miembros del clero. Ya en el lugar, y al ver tal prodigio, cae de rodillas en actitud de adoración. «Quédate con nosotros, Señor», fue la oración que elevó el prelado, repitiendo las palabras que dijeron a Jesús los discípulos de Emaús.

Pero el hecho, no paró ahí: Ante la mirada de todos, la custodia cae al piso, dejando sola en el aire, y en todo su esplendor, la Hostia consagrada. En ese momento el Obispo levanto un cáliz hacia la forma, ve como poco a poco esta desciende hasta quedar dentro del vaso sagrado.

De inmediato, el prelado inicia una solemne procesión Eucarística por la ciudad. Al poco tiempo comenzó la devoción a este milagro construyéndose un altar en el lugar donde todo sucedió, y posteriormente edificándose el templo dedicado al Corpus Domini, hoy Basílica.

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Inscripción en latín que se halla en el lugar donde ocurrió el milagro.

Varios son los documentos que atestiguan lo sucedido, entre ellos los tres Actos Capitulares de los años 1454, 1455 y 1456, siendo los más antiguos. Se recuerdan también los centenarios del suceso, especialmente el celebrado en 1853 por el Papa IX, que contó con la presencia de San Juan Bosco y el Padre Miguel Rúa, quien luego sería el primer sucesor del fundador de la Congregación Salesiana.

Fue precisamente este Pontífice quien aprobó el Oficio y la Misa propios del Milagro Eucarístico para la diócesis de Turín. La Hostia se conservó hasta el siglo XVI, cuando la Santa Sede ordenó consumirla para «no obligar a Dios a hacer un eterno Milagro en el mantener siempre incorruptas, como siembre se han mantenido, aquellas especies eucarísticas».

El suceso se recordó una vez más el martes 6 de junio durante una solemne Eucaristía en la Catedral de Turín, que presidió a las 21:00 horas el Cardenal Severino Poletto, Arzobispo emérito de Turín, quien conmemoró también su 60º aniversario de ordenación presbiteral. La Misa fue concelebrada por el Arzobispo de Turín, Mons. Cesare Nosiglia, y contó con la presencia de los ministros extraordinarios de la Eucaristía y los niños que recientemente realizaron su Primera Comunión.

Al culminar la celebración, tuvo lugar la tradicional procesión Eucarística desde la Catedral hasta la Basílica del Corpus Domini.

Con información de miracolieucaristici.org y Diocesi di Torino.

 

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