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La separación entre Iglesia y Estado no es ignorancia recíproca sino disposición de cooperación conjunta, asevera académico de la Universidad Iberoamericana de México

Ciudad de México (Jueves, 01-09-2009, Gaudium Press) Al modificar la Constitución Méxicana en 1992, el entonces presidente Carlos Salinas no tenía tan en vista la libertad religiosa como derecho humano, cuanto intentar solucionar el problema histórico Iglesia-Estado fruto de una situación insostenible proveniente «de la Constitución de 1917, que negaba la personalidad jurídica de las iglesias», afirmó el Dr. Raúl González Schmal, al intervenir en el simposio «Voces: Estado laico y libertad religiosa», organizado por la Fundación Becket pro-libertad religiosa.

El simposio, realizado en la capital mexicana, reunió académicos de diferentes países el 25 y 26 de septiembre y analizó cómo se aplica este derecho en México, el resto de América Latina y en los Estados Unidos.

González Schmal, académico de Derecho de la Universidad Iberoamericana y experto constitucionalista declaró que en la reforma del 92 «se conservó, por lo menos en forma subyacente, la vieja concepción liberal respecto a la forma de plantear la cuestión Iglesia- Estado, como dos entidades separadas, con apenas relaciones de cooperación entre sí, y que le asigna a la Iglesia una función meramente espiritual, con muy limitadas proyecciones sociales y desencarnada totalmente de las realidades temporales».

Por el contrario la doctrina moderna sobre las relaciones Iglesia- Estado establece que «por su propia naturaleza, el Estado y las iglesias deben cooperar conjuntamente para el bien de las personas. Por su constitución y por la dinámica de sus fines, están naturalmente ordenados para que operen, conjuntamente, en armonía. El elemento humano del Estado y el de las iglesias es el mismo. Si entran en conflicto ambas instituciones el daño es para las personas que las forman», afirmó el catedrático.

Las reformas constitucionales de 1992 en materia de libertad religiosa se quedaron a «medio camino», sentenció el Dr. González Schmal.

Además de la Fundación Becket pro-Libertad Religiosa, el simposio se realizó bajo los auspicios de la Arquidiócesis de México y fue patrocinado por la Orden de los Caballeros de Colón de México. En la intención de los organizadores el simposio buscaba crear «una nueva red de expertos en libertad religiosa en el continente Americano» así como invitaba «a integrarse a esa red a aquellos en México que estén buscando una nueva ciudadanía».

Con información del SIAME

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