jueves, 28 de marzo de 2024
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“Mensaje de Fátima es verdadera pedagogía para Vivencia de la Cuaresma”, dice Rector del Santuario de Fátima

Fátima -Portugal (Miércoles, 21-02-2018, Gaudium Press) En la Basílica de la Santísima Trinidad, el rector del Santuario de Fátima, padre Carlos Cabecinhas, presentó en homilía en este primer domingo de la Cuaresma, 18/02, reflexiones que llevan a la conclusión de que el período de 40 días de preparación para la Pascua es un tiempo de conversión, que debe ser vivido en oración más intensa, en penitencia y en una mayor atención a los otros y sus necesidades.

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Para él, el Mensaje de Fátima se presenta como una verdadera pedagogía para la vivencia de la Cuaresma como tiempo de conversión».

En su homilía, el predicador partió del relato de las tentaciones de Jesús en el desierto, propuesto por la Liturgia para el primer domingo del tiempo cuaresmal. Caminando dentro de las enseñanzas del Evangelio del día, el sacerdote dijo que «vivir la Cuaresma es imitar el modelo de esfuerzo y conversión de Jesús, en su ida al desierto para orar, ayunar, combatir y vencer la tentación.»

Desierto, 40 días, Tentación

El rector del Santuario presentó un análisis simbólico de cada uno de los tres elementos presentes en la narración del evangelista: el desierto, los 40 días y la tentación.

En relación al desierto, él recordó que en el mundo bíblico, este «era el lugar del encuentro íntimo e intenso con Dios, porque fue allí que Él hizo la Alianza con su pueblo». Y, entonces, el predicador concluyó que, también nosotros, en la Cuaresma, somos invitados a «parar para escuchar a Dios, a través de su Palabra y de la oración».

El desierto en las Sagradas Escrituras, es el «lugar de encuentro con Dios», pero él fue también «lugar de tentación». Fue allá que «el pueblo fue tentado y sucumbió a la tentación, murmurando contra Dios, haciendo ídolos y prestándoles culto», recordó el rector para, luego agregar que «yendo al desierto, Jesús asume nuestras propias tentaciones, fragilidades, desvíos y nuestros olvidos de Dios, los asume para transformarnos, para salvarlos. Si la Cuaresma es imitar a Jesús en el desierto, entonces somos invitados a asumir la actitud de Jesús que vence la tentación, que supera la propia fragilidad y que se deja conducir y guiar por la mano de Dios.»

Los 40 días

Para tratar de los 40 días, tercer elemento que trae la narración de San Marcos, el padre Cabecinhas comenzó por establecer una relación simbólica de este período con varios momentos del Antiguo Testamento:

Los 40 años de peregrinación del pueblo de Dios, por el desierto, camino a la Tierra Prometida; los 40 días que Moisés estuvo en el Sinaí, en ayuno y oración, en presencia del Señor y concluyó que: «los 40 días de la Cuaresma también nos remiten a un período de empeño y esfuerzo que nos conduce a Dios».

Recordar el Bautismo

Recordando en su homilía la segunda lectura del día, cuando San Pedro compara el Bautismo cristiano con el diluvio, en los tiempos de Noé, como acontecimiento de salvación, el sacerdote relacionó la conversión con el Bautismo y presentó la Cuaresma como «una ofrenda del Señor para renovar los compromisos bautismales y buscar la comunión con Dios, yendo a la raíz de nuestra relación con Él.»

Para el Rector del Santuario de Fátima, «hablar de conversión solo tiene sentido para nosotros, que fuimos bautizados, y que no siempre conseguimos vivir con esta nuestra condición. Este tiempo de la Cuaresma nos invita a recordar y a buscar la blancura original del ser bautizado, limpiando la suciedad que la vida fue imprimiendo en la vestidura bautismal.»

Fue, entonces que el Padre Carlos Cabecinhas invitó a la asamblea a seguir el modelo que Jesús nos indicó y que la Tradición de la Iglesia presenta para la vivencia de la Cuaresma, como tiempo de conversión:

La oración más intensa y la escucha más frecuente de la Palabra de Dios; las prácticas penitenciales, como señal del deseo de conversión, como el ayuno y la abstinencia de los viernes; y una renovada atención a los otros y a sus necesidades.

Relación con Fátima

«También el Mensaje de Fátima, con su vehemente apelo a la conversión, nos conduce a una vivencia seria e intensa de este tiempo cuaresmal. Con la invitación a dar a Dios el primer lugar en nuestras vidas y a conducir nuestra vida según su voluntad, con el apelo insistente a la oración, a hacer sacrificios y a amar a los hermanos, el Mensaje de Fátima se nos presenta como una verdadera pedagogía para la vivencia de la Cuaresma como tiempo de conversión», concluyó el rector del Santuario de Fátima, Padre Carlos Cabecinhas. (JSG)

(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Página Oficial del Santuario de Fátima)

 

 

 

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