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Londres, Inglaterra (Martes, 20-03-2018, Gaudium Press) Cheri Price de 22 años tenía 23 semanas de embarazo cuando su hija Hailie nació prematuramente. La pequeña pesó 1 libra y 2 onzas el día de su nacimiento; además su piel no había desarrollado totalmente la pigmentación y por eso sus venas y el cerebro se hacían visibles a través de su piel.
Durante los primeros 7 minutos de vida, la niña no podía respirar; pero fue reanimada. Pasaron varios días y uno de sus pulmones colapsó. Sin embargo, se mantuvo con vida.
Los padres de Hailie -Cheri su madre de 22 años y su padre Timothy Dillon de 32-, tuvieron que esperar 18 días para sostener a la niña en sus brazos. Los padres de la pequeña tuvieron que pasar tres meses en el Hospital James Cook en Middlesbrough, en la costa noreste de Inglaterra, al cuidado de su hija.
Foto: Cathopic
«Desde el nacimiento, la pusieron en una incubadora y no pudimos tocarla, pero pudimos ver todas las venas de su cerebro a través de su piel roja», dijo Cheri, según reporta Catholic News Agency. Y añadió: «Pensamos que la perderíamos en tantos momentos…» enfatizó. Después de las atenciones de urgencias, los padres trasladaron a Hailie a un hospital especializado donde lograron salvar su vista, aunque su retina no se desarrollaba adecuadamente.
El caso de Hailie cuestiona el dictamen del Servicio Nacional de Salud (NHS) en Inglaterra, Gales y Escocia, que permite el aborto solo antes de las 24 semanas, tiempo mínimo en el que se consideraba podía vivir un niño fuera del vientre materno. Hailie nació una semana antes de ese límite de esta nefasta práctica. (CRS/scm)
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