Obispo de Hawai rechaza legalización del suicidio asistido en el estado y denuncia el mal que representa para los pacientes

Honolulu (Miércoles, 11-04-2018, Gaudium Press) Monseñor Larry Silva, Obispo de Honolulu, Hawai, dedicó un artículo editorial a rechazar la reciente ley que aprobó la práctica del suicidio asistido en el estado. El prelado recordó que el suicidio es siempre una tragedia y que la legalización de la eutanasia bajo la forma de suicidio asistido representa un grave peligro para los pacientes que sufren depresión y una contradicción frente a las labores de la sociedad para proteger la vida de sus habitantes.

Mons. Larry Silva, Obispo de Honolulu. Foto: HCH photos / Darlene Dela Cruz

«Hasta ahora nos hemos enorgullecido de ayudar a las personas para que no se quiten su propia vida. Tenemos programas de prevención del suicidio y líneas de ayuda y siempre hemos considerado el suicidio una tragedia», recordó el prelado en su artículo, divulgado por Crux. «Encuentro irónico que el acto de quitarse la propia vida, lo cual las personas han hecho bastante anónimamente durante miles de años, ahora es aprobado si alguien tiene el permiso de un proveedor de servicios de salud, la legislatura estatal y el gobernador».

El Obispo también señaló que las disposiciones de la ley incluyen la alteración de la causa de muerte en el certificado oficial, la cual será listada como causa natural debido a la enfermedad terminal que padeciera el paciente. «En otras palabras, va a mentirse sobre la causa real inmediata de muerte, la cual es haber ingerido un veneno libre y deliberadamente», denunció el prelado. «Si nosotros le ponemos otro nombre que no sea suicidio, entonces puede llegar a ser respetable».

«Como líder espiritual, yo también debo elevar la tema de que si alguien deliberadamente, con lucidez mental documentable y determinación de la voluntad violenta el mandamiento básico de Dios «No Matarás», puede estar coqueteando con un destino peor que el de una enfermedad terminal debilitante. Dios nos permite tener la autonomía de hacer ese tipo de decisiones pero nos advierte sobre las graves consecuencias y sin descanso intenta disuadirnos de esas decisiones autodestructivas».

Si bien el prelado reconoce que es poco probable que el estado que legisle con base en las consecuencias espirituales de un acto, pidió al menos reconocer la realidad más allá del paciente y valorar el sufrimiento de la familia y las consecuencias que tendría la ley sobre los pacientes vulnerables, quienes podrían sentir que no vale la pena continuar con su vida y sentirse una carga para los demás. «Si esta puerta para elegir la muerte es abierta, las compañías de seguro y las instituciones de servicios ¿continuarán proveyendo tratamientos caros pero ingeniosos desarrollados a través de generaciones por los científicos, los técnicos y el personal médico? ¿O la línea final nos conduciría a negar estos tratamientos costosos porque el paciente tiene la opción de una muerte mucho más rápida y menos onerosa'», cuestionó.

Con información de Crux.