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Fue presentado el documento de trabajo para el Sínodo de la Familia

Ciudad del Vaticano (Jueves, 26-06-2014, Gaudium Press) Ha sido presentado hoy en rueda de prensa el «Instrumento de Trabajo» del próximo Sínodo extraordinario de la Familia, encuentro que tendrá lugar entre el 5 y el 19 de octubre próximos. Este Instrumento-documento realiza una síntesis de las respuestas de las Iglesias particulares a un cuestionario sobre matrimonio y familia, cuestionario éste que fue propuesto en noviembre pasado por el Documento preparatorio del Sínodo. El Instrumento puede ser ya consultado en la página oficial vaticana.

El «Instrumentum laboris» -que es como se denomina al documento en latín, está dividido en tres partes: La primera trata de la comunicación del Evangelio al interior de la familia; la segunda se focaliza en las situaciones críticas que la familia debe afrontar hoy. En la tercera parte se habla de la responsabilidad educativa relacionada con la familia, y la apertura a la vida.

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La primera parte, sobre el aspecto comunicativo, se divide a su vez en dos: la dificultad de comprender el valor de la ley natural y la «privatización» de la familia.

La necesaria formación para afrontar el tema de la famila

Esta primera parte del Instrumentum -Comunicar el Evangelio de la familia de hoy- primero reitera el «hecho bíblico» de la familia, fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, creados a imagen y semejanza de Dios y colaboradores del Señor para recibir y transmitir vida. Después de recordar los muchos documentos de la Iglesia dedicados a la temática familiar -incluyendo la encíclica Humanae Vitae de Pablo VI- el Instrumentum destaca la falta de conocimiento entre los fieles, también en parte por sacerdotes no bien preparados que no saben cómo hacer frente de la manera correcta al tema matrimonio-familia, en particular en lo que respecta a la esfera de la sexualidad y la procreación.

La enseñanza de la Iglesia sobre el tema es parcialmente aceptada por los fieles: en general, se dice sí a la defensa de la dignidad de la vida humana, mientras que se hace resistencia a la enseñanza sobre control de la natalidad, el divorcio o las relaciones prematrimoniales. Esto es debido también al contexto social contemporáneo en el que impera el individualismo, el materialismo, la «cultura del descarte». Por lo tanto, es necesario encontrar nuevas formas, nuevos lenguajes para transmitir las enseñanzas de la Iglesia en el área, formando adecuadamente agentes pastorales.

Una comprensión profunda de la Ley Natural

Es necesario un empeño especial en comprender el significado y el valor de la «ley natural», que está puesta en la base de la dimensión esponsal entre hombre y mujer. Para muchos, «natural» es sinónimo de «espontáneo», lo que significa que los derechos humanos se entienden como la autodeterminación del sujeto individual que apunta a la realización de sus deseos. Y esto abre a «la teoría de género», socava la idea del «para siempre» de la unión conyugal, y lleva a aceptar la poligamia y el repudio del cónyuge. Al no reconocer una ley natural, las parejas de hoy practican el divorcio, la cohabitación, la anticoncepción, y también a que -especialmente en Europa y América del Norte- los niños sean vistos como un obstáculo para el bienestar personal.

Lucha contra la «privatización de la familia»

Cuando el documento habla de la «privatización» de la familia, se refiere a que esta ya no es más considerada como un elemento activo de la sociedad y célula básica de la misma. Por esta razón, es necesario que las familias estén protegidas por el Estado y recuperen su papel como actores sociales en diferentes contextos: trabajo, educación, salud, defensa de la vida. Mirando, pues, el modelo de la Sagrada Familia de Nazaret, el documento sinodal subraya la importancia de los padres como primeros educadores de la fe; hace hincapié en la distinción entre los roles de padre y madre, y también destaca su complementariedad y su participación conjunta en la crianza de los hijos y la economía doméstica.

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Verdadera «iglesia doméstica», la familia se debe construir cada día «con la paciencia, la comprensión y el amor» para permitir el pleno desarrollo de la persona. Dos, en particular, son los elementos recomendados por el documento a este respecto: lazos constantes entre la familia y la parroquia, «familia de familias», y la educación continua -teológica, pero también humana y existencial- para las familias en crisis, sobre todo donde hay la violencia doméstica.

Los grandes desafíos que hoy enfrenta la familia

En la segunda parte del Instrumentum, que se refiere a los desafíos que la familia hoy afronta, el documento -tras recordar la importancia fundamental de la preparación al matrimonio, de la promoción de la piedad popular en apoyo de la familia y de una espiritualidad verdaderamente misionera de la familia y no demasiado autorreferencial- llega al corazón de los desafíos pastorales de hoy.

Hay muchas situaciones críticas que la familia enfrenta en la actualidad: la debilidad de la figura del padre, la fragmentación debido a los divorcios y separaciones, la violencia y el abuso contra las mujeres y los niños («un dato muy preocupante que interroga a toda la sociedad y al cuidado pastoral de la familia en la Iglesia»), la trata de niños, las drogas, el alcoholismo, la ludopatía, la adicción a las redes sociales que impide el diálogo en familia y roba el tiempo para las relaciones personales.

El documento sinodal también destaca el impacto del trabajo en la vida familiar: horarios extenuantes, la inseguridad laboral, flexibilidad que implica largos desplazamientos, la falta de descanso dominical que dificulta la oportunidad de estar juntos como familia. De la Iglesia se espera «un apoyo concreto» en el reclamo de puestos de trabajo dignos, salarios justos, una política fiscal en favor de la familia. Otros factores críticos son la migración, por lo que insiste en la necesidad de facilitar la reunificación familiar; la pobreza; el consumismo; las guerras; la diversidad de culto entre los cónyuges y la consecuente dificultad de educar a sus hijos; el acercamiento a la realidad de las enfermedades, especialmente el SIDA.

Acerca de las situaciones pastorales difíciles como la convivencia y las uniones de hecho, el Instrumentum afirma que ellas son a menudo debidas a la falta de educación sobre el matrimonio, a la percepción del amor sólo como «un asunto privado», al miedo al empeño conyugal entendido como una pérdida de libertad individual. No faltan elementos sociales que colaboran con esta situación, entre ellos el desempleo juvenil, la falta de vivienda y de políticas familiares adecuadas. La educación afectiva y la presencia amorosa de la Iglesia, se encuentran entre las propuestas en el Instrumentum para ayudar a los jóvenes a entender el amor como direccionamiento a un proyecto de vida en común con otra persona, y no como una visión romántica de un sentimiento.

Sobre aquellas personas en situación de irregularidad canónica, el documento expresa que la Iglesia debe asumir la actitud de una madre que siempre acoge a sus hijos, y que el no poder acceder a los sacramentos no significa estar excluido de la vida cristiana y de la relación con Dios. En este sentido, una máxima disponibilidad se requiere de los párrocos en los casos en que no practicantes o no creyentes pidan la boda, ya que esto puede ser una buena oportunidad para evangelizar a la pareja. Sigue siendo esencial, por otra parte, la necesidad de la Iglesia de acompañar a la pareja después de la boda, con reuniones específicas.

Apertura a la vida y responsabilidad educativa

En la tercera parte del documento -La apertura a la vida y la responsabilidad educativa- se constata como la enseñanza de la Iglesia sobre la apertura a la vida por parte de los cónyuges es poco conocida en su dimensión positiva y, por tanto, se considera como una injerencia en el matrimonio y una limitación en la autonomía de la conciencia. Hay confusión entre la anticoncepción y los métodos naturales de regulación de la fertilidad: estos últimos respetan la dignidad y la ecología humana de la relación sexual entre los cónyuges. Con respecto a la profilaxis contra el SIDA, se requiere que la Iglesia explique su posición, también para responder a algunas «reducciones caricaturescas» de los medios de comunicación sobre la misma, y para evitar encerrar el problema en una mera cuestión «técnica», cuando en realidad son «dramas que marcan profundamente la vida de innumerables personas.»

Es preciso explicar los métodos de regulación natural de la fertilidad en colaboración con centros universitarios adecuados, y dando más espacio a a tal temática en la formación de los presbíteros, porque a menudo los sacerdotes no se encuentran preparados en la materia. En general, la sugerencia es promover una mentalidad abierta a la vida a través de los esfuerzos de los cristianos en el fomento de las leyes y las estructuras civiles que apoyen a los niños por nacer.

Finalmente se resalta la importancia de la escuela católica para la trasmisión de la fe al interior de la familia. Escuela y familia deben crear «una atmósfera acogedora, capaz de mostrar el verdadero rostro de Dios».

Con información de Radio Vaticano

 

 

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