viernes, 29 de marzo de 2024
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Cardenal de San Pablo, Brasil, habla sobre la Iglesia, sociedad y la Campaña de la Fraternidad

San Pablo (Miércoles, 12-11-2014, Gaudium Press) El próximo año, la Iglesia Católica celebrará los 50 años del aniversario de cierre del Concilio Vaticano II, considerado uno de los eventos más emocionantes de la Iglesia en el Siglo XX.

De acuerdo con el Arzobispo de San Pablo, Cardenal Odilo Pedro Scherer, en su más reciente artículo, «la conmemoración de este aniversario está siendo ocasión para recordar personalidades importantes del Concilio, como los papas Juan XXIII y Pablo VI; pero también para volver a las grandes intuiciones y orientaciones de esa «asamblea general» del episcopado católico de todo el mundo».

cardenal_gaudium_press.jpg«En Brasil, diversos eventos vienen siendo realizados en ámbitos académicos y eclesiales, en los últimos 3 años, para conmemorar este cincuentenario. Para 2015, la Conferencia Nacional de los Obispos del Brasil (CNBB) está promoviendo una reflexión más amplia, a nivel popular, sobre el Concilio, a través de la Campaña de la Fraternidad (CF). Con el tema – ‘fraternidad: Iglesia y sociedad’ -, y el lema – ‘yo vine para servir’ -, la Campaña aborda la relación Iglesia-sociedad a la luz de la fe cristiana y de las directrices del Concilio Vaticano II», dijo.

Conforme el purpurado, «el Cristianismo, vivido por la Iglesia Católica, es una religión histórica y no apenas sapiencial», pues «más allá de transmitir enseñanzas a ser acogidas personalmente, su propuesta también es llevar a una práctica social e histórica, donde sus convicciones y enseñanzas sean traducidos en expresiones de cultura y formas de convivencia social».

«La auto-comprensión de la Iglesia aparece, sobre todo, en el documento conciliar Lumen gentium (La luz de los pueblos): ella entiende ser formada por todos los que adhieren a Cristo por la Fe en el Evangelio y el bautismo; así, más que una institución jurídicamente estructurada, que no deja de ser, ella es un inmenso ‘pueblo de Dios’, presente entre los pueblos y naciones de todo el mundo, no sobreponiéndose a ellos, sino insiriéndose en ellos, como la sal en la comida, o como el fermento en la masa del pan.»

Recuerda Mons. Odilo, que la Iglesia «es la comunidad de todos los bautizados, hechos discípulos de Jesucristo y testigos de su Evangelio».

Los cristianos, prosiguió, así como sus organizaciones, vienen tomando cada vez más parte de la historia de los pueblos y la gran familia humana, una vez que la Iglesia, «pueblo de Dios», desea ser fiel a la misión recibida de Nuestro Señor Jesucristo y necesita encontrarse «al servicio de la comunidad humana, no velando apenas por sus proyectos internos y su propio bien».

«El Papa Francisco viene recordando eso constantemente en sus pronunciamientos: que ella precisa ser ‘una Iglesia en salida’, una ‘comunidad samaritana’, o como ‘un hospital de campo’, para socorrer y asistir a los heridos», reflexionó. (LMI)

De la redacción de Gaudium Press, con informaciones  de la Arquidiócesis de San Pablo

 

 

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