viernes, 29 de marzo de 2024
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Procesión con la Virgen de la Dulce Espera: así preparan en Bolivia el Adviento

La Paz (Jueves, 13-11-2014, Gaudium Press) Adviento es tiempo de espera, es ocasión para preparar los corazones al nacimiento de Jesús, y qué mejor manera de disponer este tiempo litúrgico tomando como ejemplo a la Madre de Dios. Esto es lo que hará la Arquidiócesis de La Paz, Bolivia, con la procesión en honor a la Virgen de la Dulce Espera, preciosa advocación mariana con la cual se le rinde culto a María en gestación, en espera del nacimiento del Niño Jesús.

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Los orígenes de esta devoción mariana datan del principio del Cristianismo, y tiene profundas raíces bíblicas / Imagen tomada de Iglesia Viva.

Con el lema «Testigos del amor de María a la humanidad», la procesión ocurrirá el próximo domingo 23 de noviembre partiendo de la Basílica Menor de María Auxiliadora -donde se halla una capilla dedicada a Nuestra Señora de la Dulce Espera- hacia la Parroquia Santuario de la Inmaculada Concepción del Montículo.

La concentración de los fieles será a las 17:00 horas en el atrio de la Basílica boliviana y concluirá con una celebración Eucarística en el Santuario de la Inmaculada, ocasión en la que se orará especialmente por la vida y la familia, de modo particular por las madres gestantes y los niños por nacer, de quienes la Virgen de la Dulce Espera es su patrona.

«Ven con tu familia y festejemos juntos el valor de la vida», es la invitación que realiza la familia de la Dulce Espera, quien anima este encuentro de fe entorno a la Madre de Jesús.

Devoción que nace desde el principio del Cristianismo

Los orígenes de esta devoción mariana datan del principio del Cristianismo, y tiene profundas raíces bíblicas. Como explica el sacerdote Miguel Manzaneras en nota emitida por FIDES, «ya en el Antiguo Testamento el profeta Isaías anuncia la gran señal divina de la doncella encinta que dará a luz un hijo que será llamado ‘Emmanuel’, que significa ‘Dios con nosotros’ (Is7, 14)», una profecía que «se cumplió plenamente en la Virgen María».

En las Sagradas Escrituras también está la primera gran devota a María de la Dulce Espera; se trata de Isabel, quien proclamó el «Ave María», declarándola como «la mujer bendecida por encima de todas las mujeres por el fruto de su vientre», como subraya el Padre Manzanares.

Fue solo hasta el X Concilio de Toledo cuando se estableció oficialmente el día octavo, antes de Navidad, como fecha para celebrar a la Virgen Madre, manteniéndose igualmente la solemnidad de la Encarnación que ocurre cada 25 de marzo. Con el tiempo esta devoción recibió otros nombres como el de la Virgen de la Expectación del parto, o la Virgen de la Esperanza.

Además de Bolivia, con su celebración en La Paz, varios países también tienen especial devoción a esta hermosa advocación, entre ellos Argentina, Paraguay y Perú.

Con información de Iglesia Viva y FIDES.

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