viernes, 29 de marzo de 2024
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El Papa puso a la Virgen como modelo del compartir los dones dados por Dios

Ciudad del Vaticano (Lunes, 17-11-2014, Gaudium Press) En el Ángelus dominical, ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco meditó el Evangelio del día que expresaba la importante y sugestiva parábola de los talentos.

El Pontífice inició sus palabras resumiendo el pasaje leído, el cual «narra de un hombre que, antes de partir para un viaje, convoca a sus servidores y les confía su patrimonio en talentos, monedas antiguas de un gran valor. Ese hombre confía al primer servidor cinco talentos, al segundo dos, al tercero uno. Durante la ausencia del hombre, los tres servidores deben hacer fructificar este patrimonio. El primer y el segundo servidor duplican cada uno el capital inicial; el tercero, en cambio, por miedo a perder todo, entierra en un pozo el talento recibido. Al regreso del señor, los primeros dos reciben felicitaciones y la recompensa, mientras el tercero, que devuelve solamente la moneda recibida, es reprendido y castigado».

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Foto: Radio Vaticano

 

Seguidamente, el Papa explicó rápidamente el simbolismo de los elementos de la parábola.

«El significado de esto es claro. El hombre de la parábola representa a Jesús, los servidores somos nosotros y los talentos son el patrimonio que el Señor nos confía. ¿Cuál es el Patrimonio? Su Palabra, la Eucaristía, la fe en el Padre celeste, su perdón… en resumen, tantas cosas, sus más preciosos bienes. Este es el patrimonio que Él nos confía. No solamente para custodiar, sino para multiplicar».

Al explicar la actitud del servidor que no hizo fructificar el talento, el Pontífice afirmó que él fue víctima de un «temor del riesgo que bloquea la creatividad y la fecundidad del amor».

«Todos los bienes que hemos recibido son para darlos a los demás, y así se multiplican. Es como si [el Señor] nos dijese: ‘He aquí mi misericordia, mi ternura, mi perdón: tómalos y úsalos abundantemente’. Y nosotros ¿qué hemos hecho con ellos? ¿A quién hemos ‘contagiado’ con nuestra fe? ¿A cuántas personas hemos alentado con nuestra esperanza? ¿Cuánto amor hemos compartido con nuestro prójimo? Son preguntas que nos hará bien formularnos», resaltó el Papa.

¿Y cuál debe ser el lugar propio a hacer rendir los dones dados por Dios?: Cualquier ambiente, también el más lejano y árido, puede convertirse en un lugar donde hacer fructificar los talentos».

El Papa Francisco mencionó en particular el gran don de la pertenencia a Jesús por la fe, como un regalo que debemos compartir: «Esta parábola nos empuja a no esconder nuestra fe y nuestra pertenencia a Cristo, a no sepultar la Palabra del Evangelio, sino a hacerla circular en nuestra vida, en las relaciones, en las situaciones concretas, como fuerza que pone en crisis, que purifica, que renueva».

Finalmente, en sus palabras previas al Ángelus, el Papa habló de la diversidad de dones, que se unen entretanto en el amor que Dios tiene por todos nos y de como la Virgen es modelo también en el compartir:

«El Señor no da a todos las mismas cosas y de la misma manera: nos conoce personalmente y nos confía aquello que es justo para nosotros; pero en todos, en todos hay algo de igual: la misma, inmensa confianza. Dios se fía de nosotros, Dios tiene esperanza en nosotros. Esto es igual para todos ¡No lo defraudemos! ¡No nos dejemos engañar por el miedo, sino intercambiemos confianza con confianza! La Virgen María encarna esta actitud de la forma más bella y más plena. Ella ha recibido y acogido el don más sublime, Jesús en persona, y a su vez lo ha ofrecido a la humanidad con corazón generoso. Pidámosle ayudarnos a ser ‘servidores buenos y fieles’, para participar ‘de la alegría de nuestro Señor’.

Con información de Radio Vaticano

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