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Inaugurada CIV Asamblea Plenaria del Episcopado Español

Madrid (Martes, 18-11-2014, Gaudium Press) Ayer, con el discurso inaugural del Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Ricardo Blázquez Pérez, los obispos ibéricos dieron inicio a su CIV Asamblea Plenaria. Los prelados escucharon también al Nuncio Apostólico en España, Mons. Renzo Fratini, quien les dirigió un cordial saludo en nombre del Papa Francisco.

La reciente Asamblea sinodal sobre la familia y la preparación de la segunda, el V Centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús, la defensa de la vida de los más débiles y la necesaria regeneración moral de la sociedad española fueron los temas tratados por Mons. Blázquez en su intervención.

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Mons. Renzo Fratini, en la inauguración de la Asamblea Plenaria de la CEE

Foto: Página web de la Conferencia Episcopal Española

El presidente de la Conferencia Episcopal Española al inició de sus palabras hizo un informe histórico de la reciente Asamblea Sinodal y de su desarrollo.

A respeto de Santa Teresa de Jesús, cuyo V Centenario de su nacimiento se celebra este año, Mons. Blázquez se preguntó: «¿Qué tiene que ver la oración como síntesis de la vida de Santa Teresa con los hombres y mujeres de nuestro tiempo, y particularmente con nosotros, cristianos? Este centenario es una preciosa oportunidad para descubrir el sentido cristiano y humanizador de la oración, guiados por una maestra excepcional. La oración y el silencio son hogar de la palabra. La oración derrama luz en el espíritu. Con la oración se nutre la esperanza y se templa la paciencia en las pruebas. De la oración nace la intrepidez y la determinación para la acción caritativa y apostólica; la oración es como un soplo que alienta la fe para hacerla más vibrante y gozosa. A través de la oración el alma se pacifica y serena. En la oración se funden las penas como se derrite la nieve».

El presidente de la CEE manifestó sobre la polémica en torno a la retirada por parte del Gobierno del proyecto de ley de defensa del niño concebido y no nacido, que»en medio del desaliento y de la preocupación con que los hechos y las noticias de los últimos meses apesadumbran a nuestra sociedad, quiero hacerme intérprete del común sentir de los obispos españoles y de su confianza en la acción de la Justicia, e invito a superar cualquier tentación de desánimo y a colaborar juntos por un futuro más sereno, más justo y más solidario. ¡Seamos trabajadores esperanzados en este empeño común!».

Es necesaria una regeneración moral, expresó Mons. Blázquez

Y sobre los problemas que están en la actualidad al orden del día en España afirmó: «Es una convicción generalizada y un clamor que resuena en todos los rincones, el que necesitamos como pueblo una regeneración moral. La noticia de tantos hechos que nos abochornan, desmoralizan y entristecen debe llevarnos a detectar las causas y a cambiar el curso de las cosas. No bastan la irritación, los rechazos y la condenación que manifiestan probablemente en medio de todo la reacción de un sentido moral. Las leyes son necesarias, pero su vinculación personal debe ser fortalecida con la conciencia ética. Aunque nadie sea testigo de nuestras acciones, no podemos silenciar la llamada a evitar el mal y hacer el bien que escuchamos en el interior; aunque ni la policía, ni la Justicia, ni los medios de comunicación social nos descubrieran -algo cada día más improbable- no podemos ocultarnos de la luz de la conciencia ni zafarnos del deber de no traicionar nuestra dignidad personal. Sin conducta moral, sin honradez, sin respeto a los demás, sin servicio al bien común, sin solidaridad con los necesitados, nuestra sociedad se degrada. La calidad de una sociedad tiene que ver fundamentalmente con su calidad moral. Sin valores morales, se apodera de nosotros el malestar, al contemplar el presente, y la pesadumbre, al proyectar nuestro futuro».

Intervención del Nuncio Apostólico

Por su parte el Sr. Nuncio señaló que «hay veces que nos viene el pensamiento de si no seguimos todavía ante la situación a la que dio respuesta Teresa. Pues no es infrecuente captar a nuestro alrededor, o bien la idea de la negación de la capacidad de Dios por parte de su criatura, o bien la caprichosa afirmación de esa capacidad entendida de forma inmanentista, situando la relación del hombre con Dios en conexión intuitiva y directa con la divinidad, la cual revierte luego sobre los demás en una voluntad de poder y no de servicio. La razón tiene una capacidad de la verdad, y también, por parte de la voluntad humana, es propio del hombre el deseo de hacer que los demás participen de los propios bienes. Estos bienes son del cuerpo y del espíritu, temporales y eternos. Y todos, siguiendo el orden de la caridad, nos vienen de la unión Personal del Hijo de Dios con una naturaleza humana asumida por obra del Espíritu Santo en el seno de la siempre Virgen María. Sensibles a esta verdad, que tanto señala Teresa de Jesús, movidos por el amor de Dios y del prójimo, me congratula observar, en el programa de esta Asamblea, la atención que prestará al estudio llevado a cabo por la Comisión Episcopal de Pastoral Social acerca de la «realidad social española» y la atención particular al punto de la trasmisión de la Fe con el estudio de la Instrucción Pastoral «custodiar, alimentar y promover la memoria de Jesucristo. Catecismos al servicio de la Iniciación Cristiana».

Y también recordó Mons. Fratini que «nuestra misión pastoral es llevar a Cristo. Para ello hay primero que encontrarse con Él, no con una idea, sino con Él. Tenemos que centrar nuestra vida en la Eucaristía, en la adoración y oración, en la escucha de su Palabra para no desvirtuarla. Si esto no fuera así, si no llevo a Cristo ¿qué llevo y a quién llevo? Me llevo a mí mismo y mis ideas o mi ideología. Se sale pues a partir de Cristo y llevando a Cristo».

Asimismo, y dando ánimo a quienes le escuchaban atentamente expresó que «el presente es para la Iglesia que peregrina en España un Año de gracia, una ocasión para propiciar el fomento de la oración, siguiendo las enseñanzas de Santa Teresa. España ha acertado a ofrecer a la Iglesia maestros de vida interior que es la única vía de renovación perenne y de autenticidad, de fortaleza frente a la mundanidad. Convencidos pues de estas verdades, animados por la palabra del Santo Padre Francisco, llenos de amor a Dios y al prójimo, sigamos el camino con el optimismo de la Promesa inquebrantable de salvación, que viene, y que hemos de acoger y ayudar a acoger a los fieles que el Señor nos ha confiado».

Gaudium Press / José Alberto Rugeles

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