En la homilía de canonización de los nuevos santos, el Papa habló de cómo ir construyendo el Reino de Dios

Ciudad del Vaticano (Lunes, 24-11-2014, Gaudium Press) Ayer, durante la homilía de canonización de seis nuevos santos, cuatro italianos y dos de la india, el Papa Francisco se basó en el ejemplo de estos nuevos modelos de la Iglesia y en las lecturas del día para reflexionar sobre el camino de la santidad.

La salvación comienza «con la imitación de las obras de misericordia», aseguró el Pontífice. Verdaderamente, con los nuevos santos, la Iglesia nos pone ante nuestros ojos modelos que «precisamente mediante las obras de una generosa dedicación a Dios y a los hermanos, han servido, cada uno en su propio ámbito, al Reino de Dios y de él se han convertido en herederos».

Foto archivo: Radio Vaticano

Basándose en la primera lectura, de Ezequiel, el Pontífice dijo que el buen pastor de este profeta, aque vive apremiado por su grey, es realizado plenamente en Cristo «el Pastor grande de las ovejas y custodio de nuestras almas».

«Y cuantos en la Iglesia estamos llamados a ser pastores, no podemos desviarnos de este modelo, si no queremos llegar a ser mercenarios. En este sentido, el pueblo de Dios tiene una nariz infalible para reconocer los buenos pastores y distinguirlos de los mercenarios», expresó el Papa.

Acerca del Reino de Dios, tema relacionado con el de la solemnidad del día, la de Cristo Rey, el Papa Francisco aseguró que reinar para Jesús es «obedecer al Padre, entregarse a Él, para que se cumpla su designio de amor y de salvación. De esta manera hay una plena reciprocidad entre el Padre y el Hijo. Así, el tiempo del Reino de Cristo es el largo tiempo de la sumisión de todo al Hijo y de la entrega de todo al Padre».

También sobre el Reinado de Jesús, expresó el Papa que el Hijo «con su victoria, inauguró su reinado, pero corresponde a cada uno de nosotros entrar, ya a partir de esta vida -el reinado comienza ahora- haciéndonos concretamente próximos al hermano que pide pan, vestido, hospitalidad, solidaridad, catequesis. Y si realmente vamos a amar a ese hermano o hermana, estaremos obligados a compartir con él o ella lo más preciado, que es Jesús mismo y su Evangelio».

Finalmente el Pontífice invitó a seguir las huellas de los nuevos santos, a imitar «su fe y su caridad, para que también nuestra esperanza se revista de inmortalidad. No dejándonos distraer de otros intereses terrenos y pasajeros. Y nos guíe en el camino hacia el Reino de los Cielos la Madre, María, Reina de Todos los Santos».

Con información de Radio Vaticano