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Sydney (Miércoles, 17-12-2014, Gaudium Press) Mons. Anthony Fisher, Arzobispo de Sídney, Australia, celebró una Eucaristía especial por las víctimas de la toma de rehenes en un café de la ciudad el pasado 15 de diciembre. El prelado destacó la valentía de las dos víctimas civiles que intentaron proteger a los demás secuestrados y recordó que la oscuridad no puede superar a la luz de Cristo.
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| Mons. Fisher, durante su isntalación en la Catedral de Santa María, el pasado 11 de noviembre. Foto: Archbishop Anthony Fisher OP. |
«El mensaje cristiano de Navidad-Pascua es ese: ¡No puede!», exclamó el Arzobispo. «Hay algo más grande que el odio y la violencia. Existe el amor, ese amor humilde y dador de sí que viene en la forma del Niño de Navidad, el Príncipe de la Paz». Esta esperanza cristiana sigue siendo cierta en los momentos de dolor y oscuridad, recordó el prelado, en las dificultades enfrentadas por la Sagrada Familia y en medio de la persecución misma desatada por el rey contra el sagrado infante.
Mons. Fisher describió cómo la mezcla de luz y oscuridad del relato evangélico es similar a la situación actual. «Cristo es amenazado desde el momento de su nacimiento hasta que la violencia de este mundo lo alcanza en la cruz», explicó. «Y nuestro mundo de hoy está tan revuelto como lo estaba en la primera Navidad». Para el Arzobispo, los avances en el respeto de la persona humana se contradicen con la situación de amenaza que sufren muchos inocentes. «La Navidad, pensamos, se supone que sea diferente, pero en un sentido siempre fue así».
«El Dios que salva todavía deja libres a los hombres. Ellos eligen si son de buena voluntad o no», declaró el prelado, recordando la bendición de la paz prometida por los ángeles a las personas de buena voluntad en la noche de Navidad. «El Cristo Niño propone la paz una y otra vez; nos da la oportunidad de reconciliarnos y vivir pacíficamente con nuestros prójimos, pero al final nosotros elegimos si vivimos en su reino, con sus valores».
Con información de Catholic News Service.
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