jueves, 18 de abril de 2024
Gaudium news > Presidente de episcopado argentino habla de la Fe y el Año de la Misericordia en misa inaugural de Asamblea Plenaria

Presidente de episcopado argentino habla de la Fe y el Año de la Misericordia en misa inaugural de Asamblea Plenaria

Buenos Aires (Martes, 21-04-2015, Gaudium Press) Mons. José María Arancedo, Arzobispo de Santa Fe de la Veracruz y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, en la homilía de la misa que dio inicio a la 109ª Asamblea del episcopado Argentino abordó el tema de la fe, «primer testimonio en nuestro servicio pastoral, y un don que debemos agradecer y cuidar».

1.jpg
Mons. Arancedo – Foto: Episcopado.org

«La fe no es algo intimista -declaró el Arzobispo de Santa Fe-, ello no pertenecería al designio de Dios: ‘que tanto amó al mundo que le envío a su Hijo único’ (Jn. 3, 16). Es este mundo concreto el destinatario del amor de Dios. No hay nada en la vida del hombre y en el mundo que sea ajeno a Jesucristo. Él ha venido a salvar al hombre y a sanar su libertad herida por el pecado. La fe nos hace conocer la raíz del mal y nos da la certeza del amor redentor de Dios».

También se refirió al Año Santo de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco, que inicia el próximo 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción y conmemoración de los 50 años de la clausura del Concilio Vaticano II.

«Vamos a vivir un acontecimiento de gracia que tiene su origen en la intimidad de Dios: Dios es amor misericordioso y vimos su cercanía en el rostro de Jesucristo. Hay momentos de la historia, nos dice Francisco, en que estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia del Padre para ser, como Iglesia, signos eficaces de su amor y obrar», expresó el Arzobispo.

El prelado recordó que el Papa «define a la misericordia como la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia», y que esta aseveración «nos compromete a ahondar en la ‘vía de la misericordia'». Mons. Arancedo afirmó igualmente que el Pontífice manifestó «el deseo de que todo el pueblo cristiano reflexione en este Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales», constituyéndose esto en un «desafío para entrar más de lleno en el corazón social del Evangelio».

«Que María Santísima, Nuestra Madre de Luján, nos acompañe en los trabajos de esta Asamblea Plenaria para gloria de Dios y al servicio de nuestros hermanos», concluyó el Arzobispo Arancedo en su homilía.

 

 

 

 

Deje su Comentario

Noticias Relacionadas