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En Medellín, al final de la Marcha de la Fe y el Amor, se renovó la Consagración de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús

Medellín (Lunes, 15-06-2015, Gaudium Press) Bajo el lema laudatorio al Sagrado Corazón «Haz mi corazón semejante al tuyo», se realizó ayer en Medellín, Colombia, la Marcha de la Fe y el Amor, que partió del Parque de Boston y concluyó en la Catedral Metropolitana.

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Momento de la lectura de

la Consagración, por parte del

Procurador General de Colombia

La Marcha, que terminó con la eucaristía en la Catedral, tuvo también como uno de sus momentos auge una renovación de la consagración de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús, recitada por el Procurador General de la Nación, Alejandro Ordoñez Maldonado, en presencia del Arzobispo de la ciudad, Mons. Ricardo Tobón, y la numerosa feligresía asistente.

«Postrados a tus pies, oh mi buen Jesús, venimos como antaño a consagrar nuevamente a este tu pueblo colombiano a tu Sacratísimo Corazón. Lo hacemos porque hoy más que nunca necesitamos de tus gracias y misericordia. De tu luz para disipar las tinieblas que han invadido nuestras almas. De tu dirección para volver por la senda recta de la verdad, único camino de nuestra salvación y de la paz»: Así inició la recitación del texto consacratorio.

La lectura de la consagración también reconocía los males que conlleva el alejarse de la senda de bondad que nos lleva al Corazón de Jesús: «Los males abundan en nuestra Patria. Se arremete sin medida contra la familia. Se profana la vida. La Cultura de la Muerte se ha enseñoreado de nosotros. Se cierne sobre nuestra nación la corrupción de nuestras costumbres por leyes inicuas. Lo público se ha convertido en presa de algunos intereses mezquinos del poder temporal. Se vierte en todos nosotros el conflicto y la guerra…».

«Acudimos hoy de rodillas para pedirte nuevamente que broten de tu Corazón las gracias y misericordias infinitas que apaciguen a nuestro pueblo. Venga a nosotros tu Reino. Que reine tu Sacratísimo Corazón sobre nuestra almas, sobre nuestras vidas, sobre nuestras familias, sobre la sociedad entera y sobre nuestros gobernantes», imploraron los asistentes al acto.

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