viernes, 19 de abril de 2024
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Fiesta de la Cátedra de San Pedro: 14 nuevos presbíteros de los Heraldos del Evangelio

Caieiras (Martes, 23-02-2016, Gaudium Press) En la mañana de este lunes 22 de febrero, Fiesta de la Cátedra de San Pedro, la Basílica Nuestra Señora del Rosario, situada en la Sierra de la Cantareira, en la Diócesis de Bragança Paulista, Brasil, fue palco de la ceremonia de ordenación sacerdotal de 14 Diáconos pertenecientes a la Sociedad Clerical Virgo Flos Carmeli, de los Heraldos del Evangelio.

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La ceremonia contó con la presencia del fundador de los Heraldos del Evangelio, Monseñor João S. Clá Dias, y fue presidida por Mons. Benedito Beni dos Santos, obispo emérito de Lorena, que en su homilía trató sobre tres puntos centrales: la Iglesia como edificio espiritual, la Vocación a los ministerios y la Fiesta Litúrgica de la Cátedra de San Pedro.

La Iglesia, edificio espiritual

Sobre la Iglesia como edificio espiritual, él explicó que todo edificio posee un pilar como fundamento, «el pilar de la Iglesia es la Confesión de Fe de los Apóstoles»; Además, todo edificio posee paredes, «las del edificio espiritual de la Iglesia son todos los bautizados». «La piedra angular de la Iglesia es Jesucristo y por este motivo la Iglesia precisa estar íntimamente ligada a Cristo», afirmó.

Al hablar sobre la vocación a los ministerios, el prelado explicitó que todo ministerio tiene su origen en la vocación, que tiene tres etapas: la elección, el llamado y la misión. La elección es el designio eterno de Dios; el llamado puede llegar a la persona a través de una señal exterior, por ejemplo la invitación de un amigo o el testimonio de un sacerdote. Entretanto resaltó que la gracia de la vocación consiste en una atracción por Cristo, que es la misión. «Vocación y misión son inseparables, las dos caras de la misma moneda. Nadie tiene derecho de ser sacerdote, nadie puede presentar méritos para ser sacerdote. Es un don enteramente gratuito de Dios».

Los «pontífices»

Desarrollando todavía este punto sobre la vocación sacerdotal, Mons. Beni enseñó que el sacerdote es llamado de pontífice, pues es el puente que une Dios a los hombres. «Nuestro Señor Jesucristo es el sacerdote por excelencia. Nosotros somos sacerdotes en Cristo. Él es el perfecto sacerdote, nosotros participamos de su sacerdocio», dijo. «El don del sacerdocio es tan grande, tan sublime que el sacerdote debe todos los días dar gracias a Dios por este don. Cada vez que él hace eso, él está reavivando el don de Dios que recibió».

Sobre la fiesta litúrgica de la Cátedra de San Pedro, el prelado recordó que «la cátedra es el símbolo del poder de enseñar, no las propias opiniones, sino las verdades reveladas por Dios e interpretadas según la tradición viva de la Iglesia».

Mons. Beni encerró su homilía recordando las palabras del Evangelio ‘tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia’, explicando que «esta expresión de Jesús ‘mi Iglesia’ sirvió de inspiración al Papa Benedicto XVI para que al final de su pontificado proclamase: ‘¡La Iglesia no es mía, la Iglesia no es nuestra, la Iglesia es de Cristo!’. Debemos cada día agradecer a Dios por ser hijos de la Iglesia».

Al término de la ceremonia, el Padre recién ordenado Conrad Anthony Fernandes, agradeció en nombre de todos los neo-sacerdotes al Obispo ordenante, Mons. Beni, por todo lo que él ha hecho por los Heraldos del Evangelio. Al fundador de los Heraldos del Evangelio, Monseñor João Clá, por su ‘mirada’ que atrajo a cada uno a seguir esa vocación. A los miembros de los Heraldos del Evangelio por toda colateralidad de hermanos. Y a los familiares por haber apoyado la vocación de sus hijos. (EPC)

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