jueves, 28 de marzo de 2024
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Obispo argentino destaca importancia de la penitencia en Mensaje de Fátima

Mar del Plata (Martes, 17-05-2016, Gaudium Press) El Obispo de Mar del Plata, Argentina, Monseñor Antonio Marino, destacó en una homilía la gran importancia de la penitencia y la conversión en el Mensaje de Fátima, durante las fiestas patronales de la parroquia local de Nuestra Señora de Fátima. «La Virgen no nos llama a otra cosa más que a la conversión y a la fidelidad al Evangelio, para colaborar activamente en la transformación de este mundo», explicó.

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Nuestra Señora de Fátima comunicó en sus apariciones un mensaje urgente de conversión. Foto: M.Mazur/www.thepapalvisit.org.uk

«La llamativa historia de los niños videntes de Fátima, lleva el sello del estilo de Dios», predicó el prelado, quien recordó como el Apóstol San Pablo describe la acción de Dios a través de los más humildes, quienes ante el mundo carecen de autoridad. «En el curso de las apariciones, la Virgen invita a los niños a la práctica de la reparación por los pecados de los hombres y les pide el rezo del rosario». También les mostró una temible visión del infierno y de la persecución a los creyentes que afectaría incluso al Santo Padre.

El Obispo recordó cómo la historia del Siglo XX hizo notar «la fuerza profética del testimonio brindado por estos humildes pastorcitos». Las Guerras Mundiales, la Consagración al Inmaculado Corazón de María, la caída del régimen soviético y el atentado a San Juan Pablo II figuran entre lo hechos más notables vinculados al Mensaje.

«El Dios rico en misericordia, quiso darnos a conocer su plan misericordioso en Jesucristo, como hemos escuchado en la bendición inicial de la Carta a los Efesios», agregó.»En Fátima eligió a la Virgen para proclamar con énfasis este mensaje: ‘¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!’ para invitar a la humanidad a escuchar el mensaje de su Hijo: ‘Conviértanse y crean en el Evangelio'».

En una forma similar a como obtuvo el primer milagro público de Jesucristo, la Santísima Virgen invitó en Fátima a obedecer a Jesús e imita la misericordia de Dios orando por los pecadores. «Queridos hermanos, la Virgen no nos llama a otra cosa más que a la conversión y a la fidelidad al Evangelio, para colaborar activamente en la transformación de este mundo. Se trata de cambiar la mentalidad, de abrirnos a la misericordia de Dios y ser sus instrumentos», concluyó Mons. Marino. «Como decía hace seis años en Fátima, el Papa Benedicto XVI: ‘El mensaje llama a la conversión permanente, a la penitencia y a las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad'».

Con información de AICA.

 

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