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Redacción (Miércoles, 22-06-2016, Gaudium Press) Acogiendo el llamado que San Juan Pablo II hizo en 1990 desde la encíclica ‘Redeptoris missio’, sobre la permanente validez del mandato misionero y en la que convoca a «anunciar a Cristo a todos los pueblos», hace más de dos décadas nació en los Estados Unidos, en la pequeña ciudad de Abbeville, Lousiana, una iniciativa misionera que anima a las familias y laicos solteros comprometidos a anunciar la Buena Nueva del Evangelio en los lugares donde aún no conocen a Dios.
Family Missions Company (FMC), así se llama esta propuesta, instituida oficialmente en 1997 como asociación católica de fieles y sin fines de lucro, que nació de los esposos Frank y Genie Summers, tras vivir un proceso de conversión.
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| Family Missions Company nació oficialmente en 1997 en los Estados Unidos. Son familias católicas y laicos comprometidos que proclaman la Buena Nueva del Evangelio en los lugares donde aún no conocen a Dios / Foto: familymissionscompany.com. |
«FMC envía a las familias católicas y solteros comprometidos a anunciar a Jesucristo y su Evangelio a los pobres. Desde la fundación del ministerio como una organización sin fines de lucro en 1997, hemos formado y enviado cientos de familias y solteros a evangelizar y servir a los pobres en varias partes del mundo. Nos sentimos bendecidos cuando vemos crecer a nuestra familia misionera, sin embargo miles de millones de personas continúan esperando escuchar las Buenas Nuevas del Evangelio», subrayan desde el sitio web de FMC.
De acuerdo con sus promotores, la labor misionera está sostenida gracias a tres columnas: la oración, la Palabra de Dios y los Sacramentos.
«Nuestra vocación misionera es una llamada de Dios. Esta vocación emerge de nuestra relación con Dios, una relación enraizada en la constante oración y la alabanza. Estamos dedicados a la oración personal y, como familias, a la comunitaria en toda obra misionera», asimismo, «amamos la Palabra de Dios, que siempre está en nuestros labios y en nuestro corazón, es la verdad que proclamamos. Pasamos tiempo leyendo y reflexionando la Biblia, las enseñanzas de la Iglesia y la Lectio Divina», y «vivimos plenamente los sacramentos que hemos recibido. Como misioneros nos esforzamos por cumplir nuestro llamado bautismal como sacerdotes, profetas y reyes. Aquellos que están casados viven la vocación de este sacramento en la santidad», exponen.
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| Los Henderson, familia misionera. |
Esta labor misionera, que se ha llevado a cabo en países como Filipinas, India, China, México y Ecuador, entre otros, se da también gracias al apoyo espiritual y económico de las parroquias y comunidades a las que los misioneros hacen parte. Como lo expone en una carta la familia Henderson, con cinco hijos, quienes inician misión:
«¡Necesitamos un ejército de oración! Necesitamos oración por la gente que vamos a conocer y servir, para que Dios prepare sus corazones y los nuestros, para así recibir y compartir su amor. Necesitamos oración por nuestra familia para que nos adecuemos a nuestro nuevo modo de vida, para que tengamos disciplina y estar en Dios, su palabra y orar cada día, para tener la fortalece y sobrellevar los problemas y dificultades que se presenten, y tener un corazón lleno de paz, compasión y de servicio a Cristo».
«Necesitamos también un equipo misionero que apoye nuestra familia y nuestra misión a nivel financiero. Confiamos en que Dios nos proveerá lo necesario para vivir cada día y utilizarlo para apoyar nuestra labor», prosiguen los Henderson.
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De la redacción de Gaudium Press, con información de familymissionscompany.com.
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