sábado, 20 de abril de 2024
Gaudium news > Absolutamente todo en Jesús era perfección infinita cercana al hombre, según Plinio Corrêa de Oliveira

Absolutamente todo en Jesús era perfección infinita cercana al hombre, según Plinio Corrêa de Oliveira

Redacción (Lunes, 10-10-2016, Gaudium Press) Todo, absolutamente todo en el Señor era admirable. Por su infinita perfección y por su carga simbólica. Miremos como lo expresaba Plinio Corrêa de Oliveira:

«Por ejemplo, Él durmiendo en la barca en cuanto la tempestad sopla. ¿Cómo sería su sueño? Yo tendría deseos de permanecer arrodillado, sólo viéndolo dormir, pues aquel sueño era el símbolo y la manifestación de perfecciones de Dios, pero mostradas muy próximas del hombre. Vamos a decir que él tuviese un descanso ameno. ¿Ya pensaron en toda la suavidad divina que podría caber en esa escena? Imagínese, por el contrario, que él estuviese profundamente tomado por el sueño, de manera a dar una pre-idea de su muerte. ¿Quién osaría despertarlo? ¡No sería yo! ¡Interrumpir su sueño, no! ¿Está durmiendo? Dormirá cuanto quisiere, y yo me quedo mirándolo. No tengo otra cosa para hacer ni quiero más nada». (1)

jesucristo_gaudium_press.jpg
Jesucristo, Sumo Sacerdote

Esa contemplación imaginaria, pero cuán real y cuán benéfica, Dr. Plinio la hacía con el que podría ser el más mínimo gesto de Nuestro Señor Jesucristo:

«Si nosotros viésemos sus dedos, preocupado y pensativo, rozar sobre un mueble cualquiera, nos pondríamos de rodillas y comenzábamos a adorarlo. (…) Desde luego, esa cosita insignificante tomaba en Él una perfección, un significado y una comunicación con Dios, que nosotros no sabríamos qué decir, pero pediríamos a Él: ‘Señor, dadme permiso de pasar el resto de mi vida mirando apenas para eso: vuestros dedos divinos recorriendo una superficie de madera» (2)

No son pues solo las palabras de Jesús las que portaban el mensaje de la divinidad, sino que también eran sus gestos, su apariencia física, su todo, un todo apropiado para hablarle al hombre que es alma pero alma encarnada.

Es claro que en el Dr. Plinio su especial discernimiento de espíritus favorecía esta contemplación del Señor. (3) Pero en cierto sentido, todos tenemos en nuestros espíritus ese faro que nos indica los reflejos de Dios, tanto en la augusta persona divina de Jesucristo, cuanto en las maravillas del Orden del Universo.

Por Carlos Castro

____

(1) Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP. O Dom de Sabedoria na Mente, Vida e Obra de Plinio Corrêa de Oliveira. Vol. V – Plenitude: «Combati o bom combate». Libreria Editrice Vaticana – Instituto Lumen Sapientiae. São Paulo. 2016. p. 111

(2) Ibídem, p. 110

(3) Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP. O Dom de Sabedoria na Mente, Vida e Obra de Plinio Corrêa de Oliveira. Vol I – Inocência, o Início da Sabedoria. Libreria Editrice Vaticana – Instituto Lumen Sapientiae. São Paulo. 2016. p. 239

 

Deje su Comentario

Noticias Relacionadas