viernes, 19 de abril de 2024
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Mensaje de Navidad de Arzobispo de Sídney: no inclinarse ante el mal, contemplar a Cristo

Sídney (Martes, 27-12-2016, Gaudium Press) El Arzobispo de Sídney, Australia, Mons. Anthony Fisher, emitió su mensaje de Navidad en el cual reflexionó sobre el sentido de la festividad como fuente y renovación de la esperanza y como compromiso de los creyentes en la contemplación de Cristo en lugar de la rendición frente al mal. El evento del nacimiento fue sencillo y pasó desapercibido a los ojos del mundo, pero en realidad transformó la historia de la humanidad y sostienen a los fieles que esperan en el hijo de Dios.

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Decoración navideña en la Catedral de Santa María en Sídney, Australia. Foto: Arquidiócesis de Sídney.

El prelado recordó que el mayor desafío a la desesperanza y la oscuridad es el nacimiento de un bebé y que esto es especialmente cierto para la Natividad de Jesús, cuando bajo la apariencia humilde de un parto en una familia sin hospedaje se registró el más trascendental de los nacimientos. «Uno podría pensar que un evento tan pequeño difícilmente etendría impacto en otras personas que no fueran lo padres», expuso Mons. Fisher. «Y sin embargo, el nacimiento de este niño en un establo trajo consigo tal esperanza, tal libertad, tal alegría».

«A veces puede parecer que los Herodes de este mundo pueden tener éxito en la extinción de la llama de la fe y la esperanza que viene con el nacimiento of este niño», advirtió el Arzobispo quien citó como ejemplo los atentados terroristas o la persecución de los cristianos que parecen no tener fin. «Y, sin embargo, todos los años celebramos la Navidad. En la celebración del nacimiento del Príncipe de la Paz hace más de dos mil años, decimos todos los años que no vamos a tener miedo. En la celebración de la historia de la Navidad estamos celebrando la esperanza que la historia aporta para la paz en este mundo y la paz eterna en el otro», expresó. «Debido a esto, cada año ,miramos a los ojos a los dolores del mundo y decimos: ‘No me postraré'».

El tiempo de Navidad en lugar de un tiempo de rendición es un tiempo de amistad, de amor, de perdón y un tiempo de esperanza en las posibilidades del futuro, concluyó. «En este tiempo recordamos el regalo más grande jamás dado: la esperanza de la vida eterna, disponible para todo el mundo en la forma de la un bebé recién nacido, acostado en un pesebre. ¡Que Dios los bendiga, y que el Príncipe de la Paz lleve esperanza y alegría a todos ustedes en esta Navidad!»

Con información de Arquidiócesis de Sídney.

 

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