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Comunidad de religiosas invidentes cumplirá 90 años de existencia

Santiago de Chile (Lunes, 24-07-2017, Gaudium Press) Una de las comunidades religiosas con un carisma más particular cumplirá 90 años de existencia el próximo 15 de agosto. Su misión: ofrecer a Dios «la privación de la vista por los hermanos que no conocen todavía la verdad, a fin de que puedan llegar a Dios luz del mundo». Si bien la modestia en la mirada es una de las características de numerosas reglas religiosas, las Hermanas Sacramentinas de Don Orione viven esta dimensión en la aceptación de una singular vocación: la pérdida de la vista a causa de la enfermedad o de nacimiento.

La comunidad nació cuando el P. Luis Orione conoció al director de una escuela para invidentes y éste le reportó la vocación religiosa de algunas estudiantes. El sacerdote se propuso cumplir este sacro deseo y dos años después consagró a las dos primeras religiosas de esta comunidada, parte de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. «Entiendo ofrecer, con esta nueva rama de la familia religiosa, como una flor ante el trono de la Santísima Virgen, para que Ella misma, con sus benditas manos, la ofrezca a Jesús Sacramentado», manifestó el Fundador.

Las miembros de esta comunidad visten hábito blanco, escapulario rojo y un bordado que representa el Santísimo Sacramento en el pecho. Aunque no lo pueden ver, se consagran a la Adoración de este Sacramento como su principal misión, y para poder llevar ante el Señor las intenciones de fieles de todo el mundo, asisten a clases de computación con programas especiales que les permiten recibir mensajes de los devotos que tienen alguna necesidad.

La misión de ofrecer la totalidad de su vida y su adoración da un nuevo sentido al padecimiento de las religiosas: «A veces personalmente doy gracias a Dios porque por ese motivo yo pude entrar a la congregación», comentó a ACI la Hna. María Luz, miembro de las Sacramentinas de Don Orione. «Ante el Santísimo muchas veces yo le digo Señor: ‘este es mi medio para ayudarte a salvar almas’ y soy feliz».

La singular obra se ha extendido a Italia, España, Filipinas, Kenia, Argentina, Brasil y Chile.

Con información de ACI.

 

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