viernes, 19 de abril de 2024
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Francisco en Canadá, intervención en el Opus Dei y supuesto sectarismo

Una intervención vaticana en una prelatura influyente, en torno a la que gira la sospecha de sectarismo, podría servir de pretexto para nuevas habladurías.

574px Josemaria Escriva

Redacción (02/08/2022 16:30, Gaudium Press) El Papa Francisco, misionero de la misericordia y del diálogo, emprendió, como sabemos, un “viaje penitencial” – así quiso llamarlo – a Canadá, para pedir respeto a todos los pueblos indígenas por supuestos abusos de la Iglesia en la época colonial.

De hecho, el Papa ya tuvo la oportunidad de dirigir sus pedidos de perdón a varios líderes indígenas el lunes 26 de julio, en un encuentro acompañado de rituales de “purificación”, cantos típicos e incluso invocaciones a la “Madre Tierra”.

En la primera Misa pública de su “viaje penitencial”, Francisco quiso advertir contra las “caricaturas de la tradición”, que, según él, no hacen más que “preservar el presente en la lógica de ‘siempre se ha hecho así’ ”… En este punto, el Papa argentino se muestra bastante consecuente con su propio pensamiento: si hubo algún pontífice que logró innovar, ese fue Francisco. El día 28, lo vemos nuevamente predicando la paz y la concordia: “Necesitamos una vez más calmar los extremismos de la contraposición y curar las heridas del odio. No necesitamos dividir el mundo en amigos y enemigos”.

¿Francisco, con su beneficencia, ¿sólo granjea simpatías?

Todavía suscita perplejidades y extrañezas la actitud del Papa con su motu proprio “Ad Charisma tuendum” de la semana pasada, con el que declara lanaturaleza carismática, y no jerárquica” del Opus Dei. Es simple: el prelado de la Obra dejará de ser obispo, y habrá que reformar sus estatutos.

¿Es el Opus Dei una secta?

Además de poner la Prelatura bajo la custodia de la Congregación para el Clero, el motu proprio “Ad Charisma tuendum” prevé que se entregue a la Santa Sede un balance anual del desarrollo de las actividades de la Obra en el mundo (art. 2). Además, el prelado dejará de estar investido del episcopado (art. 4). Algunos interpretan esto como un síntoma de Comisariado cercano.

Y no sería de extrañar que el Opus Dei fuera comisariado en el momento actual: tal ha sido la actitud de Roma hacia diferentes organismos de vida consagrada en los últimos años. De hecho, en la práctica, la prelatura pasa a ser regida más a la manera de un instituto de vida consagrada.

Un comisariado podría, a su vez, revivir la etiqueta de “secta” utilizada contra el Opus Dei, asunto muy ventilado años atrás con motivo de la publicación de “El Código Da Vinci”, el best-seller de Dan Brown.

Como de costumbre, los poco informados y amantes del sensacionalismo no les importa tanto la verdad como deleitarse con noticias fantásticas. Y una intervención vaticana en la única prelatura personal de la Iglesia católica, en torno a la que gira infundada sospecha de sectarismo, sería un buen pretexto para que resurjan las calumnias.

Una secta suele definirse como “un grupo de disidentes de una religión o una comunión principal”. Ahora bien, ¿cómo podría ser considerada secta una Institución aprobada y reconocida por el Papa, regida por sus propios estatutos, aprobados por la misma Iglesia?

El cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, es autor de “Reflexiones sobre el concepto de secta y respuesta a algunas acusaciones dirigidas a grupos católicos”. En esta obra indica que: “Las comunidades eclesiales reconocidas se mantienen en continuo contacto con los responsables en la Iglesia. Se examinan sus estatutos y modo de vida”, y continúa: “No es justo que determinadas Instituciones, personas o medios de comunicación tilden de sectas a las comunidades reconocidas por la Iglesia, o incluso llamen ‘prácticas sectarias’ al estilo de vida que les es propio”.

Así, ni el Opus Dei, ni ningún tipo de Institución Religiosa que viva en comunión con la Iglesia – que, por así decirlo, son Iglesia – puede ser considerado una secta. A contrario sensu, sería algo como un organismo autofágico…

Cuarenta años después…

En fin, con o sin Comisariado, la intervención está hecha. Queda por ver si Francisco continuará con una injerencia más coercitiva en la vida de la Prelatura.

En todo caso, para los miembros del Opus Dei, este año – que marca el 40º aniversario de aquel importante momento en que S.S. Juan Pablo II erigió la citada Prelatura Personal con la Constitución Apostólica “Ut sit” – tendrá otro sabor.

Veamos cómo, de ahora en adelante, la Obra continuará su apostolado y acción dentro de la Iglesia, en la esperanza de que las órdenes dictadas por el “sistema nervioso central” – que, al fin y al cabo, son los que coordinan todo el organismo – no desirvan las células que intregran los diferentes miembros y tejidos de que se compone el Cuerpo Místico de Cristo.

Por Alfonso Costa

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