jueves, 28 de marzo de 2024
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Independencia del Brasil: “¡Independencia o Muerte!” Dos siglos después

El mes de septiembre celebra diversas fiestas litúrgicas y acontecimientos históricos; para los brasileños la Independencia, que se conmemora hoy.

Independencia brasil

Redacción (07/09/2022 09:34, Gaudium Press) En septiembre, el calendario litúrgico se llena de importantes conmemoraciones; al mismo tiempo, el calendario civil está marcado por la fiesta de la Independencia del Brasil, que completa dos siglos.

¿Podemos unir todas estas celebraciones bajo un mismo enfoque?

Hace doscientos años…

Primero, consideremos la esfera civil. Hace doscientos años, las plácidas orillas del río Ipiranga resonaron con el grito de un príncipe de 23 años: “¡Independencia o muerte!”, acogido por la respuesta de la población local: “¡Viva el primer rey brasileño!”

Ese día siete dividió al entonces “Reino Unido de Portugal, Brasil y los Algarves” en dos soberanías independientes.

Después de todo, el hijo, tan joven y ya tan grande – este Brasil –, se creía capaz de caminar sobre sus propios pies, prescindiendo de los cuidados de aquella madre que lo había engendrado en la Fe; como si hubiera alcanzado la mayoría de edad y dejase la casa de su padre – Portugal.

En efecto, Brasil comprendía un territorio mucho mayor que el de su madre europea, y estaba tan distante de ella, que los lazos de afecto no constituían obstáculo para la separación.

Un autor contemporáneo comenta que Brasil en 1822 tenía todos los elementos para fracasar como nación independiente y soberana: dos tercios de los brasileños eran esclavos, la población era pobre y carente de todo, el analfabetismo estaba generalizado (sólo una décima parte de la población podía leer y escribir), las rivalidades entre las distintas provincias presagiaban una guerra civil. Sin embargo, funcionó. [1]

En fin, no nos detengamos en la narración de circunstancias y hechos históricos, sino que consideremos lo que ellos nos dicen dos siglos después.

En treinta días

¿Cuáles son las diferencias entre el Brasil de antes y el de hoy? ¿Qué han estado haciendo estas personas desde entonces?

Estas son preguntas fáciles de formular cuyas respuestas no se ajustan al alcance de un artículo breve. Después de todo, doscientas palabras no pueden contener doscientos años, pero tal vez treinta días puedan simbolizarlos.

1 de septiembre: Santa Beatriz, de familia portuguesa y fallecida en España en 1491 (menos de una década después del descubrimiento de Brasil), parece representar los tres siglos en que estas tierras permanecieron bajo la colonización y evangelización portuguesa.

Unos días después, la “Navidad” de la Santísima Virgen – el día después de la festividad, el 8 de septiembre – y el recuerdo de sus dolores – en su octava – parecen decirnos: “Brasil, desde que naciste, ya estás consagrado a Nuestra Señora, y sólo resplandecerás porque un Dios y su Madre sufrieron también por ti.”

Además, la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz corrobora el simbolismo, al mencionar concretamente el primer nombre de nuestra tierra.

Finalmente, los tres Arcángeles también se relacionan con la Independencia. Es preciso recordar que el 7 de septiembre de 1822 marcó también la realidad angelical. Mientras las orillas del río Ipiranga retumbaban con un grito resonante, y las bóvedas celestes repetían un llamado, un ángel recibió una nueva misión: “¡De ahora en adelante, tú custodiarás a Brasil!”.

El apóstol de los siglos venideros

A tantas “coincidencias” nos cabe una respuesta, y sería omisión no escuchar lo que nos dice esta fecha tan importante.

Si es cierto que Brasil salió de la casa paterna, no lo hizo como nuevo hijo pródigo; lo hizo como un apóstol que dejó tierras y parientes para hacerse discípulo del Dios Crucificado.

El día que nació Brasil, hagamos de nuestra patria una tierra fértil donde los rayos de la gracia puedan hacernos habitar, sólo así el verde y el amarillo de nuestra bandera resplandecerán ante Dios y ante los hombres en los siglos venideros.

Por Fernando Mesquita

[1] Ver GOMES, Laurentino. 1882. Río de Janeiro: Nueva Frontera, 2010.

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