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En el Ángelus de ayer V Domingo de Cuaresma, el Papa Francisco abordó el milagro de la resurrección de Lázaro e invitó a confiar en el amor de Jesús.
Redacción (27/03/2023 08:49, Gaudium Press) El Papa en el Ángelus de ayer, abordó el Evangelio del día al dirigirse a los aproximadamente 35.000 fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.
Extraído del capítulo 11 del Evangelio de San Juan, el texto de la liturgia relata la muerte y resurrección de Lázaro, el “amigo querido de Jesús”, como dijo el Papa.
Francisco subrayó que es uno de los últimos milagros narrados por la liturgia antes de la Pascua y es un signo importante de cómo Jesús puede volver a dar vida, incluso en situaciones en las que ya no hay esperanza. De hecho, el Salvador llegó a la casa de Lázaro cuatro días después de su muerte.
“A veces sucede sentirse desesperanzado, le sucede a todo el mundo, o encontrarse con personas que han perdido la esperanza: amargados”,dijo Francisco. Sin embargo, Jesucristo “nos invita a no dejar de creer y esperar, a no dejarnos abrumar por los sentimientos negativos”.
El Santo Padre explicó que “a veces escuchamos a la gente decir: ‘¡no hay nada más que hacer!’, y cerrar la puerta a toda esperanza. Son momentos en los que la vida parece una tumba cerrada: todo está oscuro, a nuestro alrededor sólo vemos dolor y desesperación”.
Sin embargo, es precisamente en este momento cuando Nuestro Señor se acerca a nosotros para restaurar nuestra vida y “Jesús llora con nosotros, como lloró por Lázaro”.
Entonces Jesús se acerca a nuestras tumbas y les ordena que quiten la piedra. “Quiten la piedra: el dolor, los errores, también los fracasos, no los escondan dentro de ustedes mismos, en un cuarto oscuro y solitario, cerrado. Quiten la piedra: saquen todo lo que hay dentro, tírenlo en mí con confianza, sin miedo, porque yo estoy con ustedes, los amo y quiero que vuelvan a vivir”, dijo el Pontífice.
Francisco añadió que Jesús nos manda salir del sepulcro para recobrar la confianza y deshacer las vendas que nos atan y simbolizan el pesimismo, el miedo y el desánimo. Finalmente Jesús dice: “Lo quiero libre y vivo, no lo abandonaré y estoy con usted”, explicó el Papa.
Francisco dijo que el capítulo 11 del Evangelio de San Juan es un canto a la vida y leerlo cerca de la Pascua es una buena oportunidad para “quitar la piedra y salir al encuentro de Jesús que está cerca”.
Antes de terminar su meditación, el Papa exhortó a los confesores a perdonar y no ser “torturadores en el confesionario”. El Papa concluyó sus palabras invocando a la Virgen diciendo: “María, Madre de la Esperanza, renueva en nosotros la alegría de no sentirnos solos y el llamado a llevar la luz a las tinieblas que nos circundan”. (FM)
Con información de Vatican News.
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